Ignorando a los que se van

Salvatore Foti

Hay hechos de fundamental importancia nacional que muchos estamos ignorando y pasando por alto —incluidas las autoridades y los políticos, quienes evidentemente siguen siendo insensibles a los reales males del país—. A las autoridades no les importa lo que ocurre en Ecuador y siguen engañándose y engañándonos, poniendo a relucir supuestos logros que el ciudadano común no solamente no ve, sino que hasta le suenan a burla. Por esto en Ecuador ha vuelto el fantasma de la migración, que tiene características humanas y sociales sobre las cuales nadie quiere reflexionar ni, peor aun, plantear soluciones.

Los pobres que huyen de Ecuador son totalmente ignorados por las autoridades, que no hablan de ellos en lo más mínimo. Desde el poder no se cuestionan ni analizan lo que están haciendo muy mal a nivel de política pública en favor de los más vulnerables. Lo que viven los familiares de los migrantes es un drama que empieza desde el día en que pagan a los coyoteros y se mitiga parcialmente cuando, en los mejores de los casos, sus familiares logran ingresar a Estados Unidos.

Ignorar lo que está pasando con la migración clandestina es infame. Para ponerlo en contexto, solo en 2022 más de 100.000 han decidido irse del país; una verdadera tragedia, que además conlleva historias desgarradoras de mujeres, niños y hombres que están desaparecidos o han muerto en su intento de llegar a los Estados Unidos. Estas personas prefieren pagar para ingresar a dicho país clandestinamente antes que endeudarse para ponerse un negocio puesto que tener un negocio hoy conlleva que vengan a extorsionarte, amenazarte o inclusive matarte.

La política de Estado hacia su gente ha fracasado y muchos estamos esperando que se cumplan las promesas de campaña mientras la criminalidad ha tomado el control del país y del territorio sin que nadie logre interponerse. Ahora tenemos por delante la consulta popular, que  no es para nada una panacea y que simplemente nos mantendrá entretenidos  un par de meses hasta que volvamos, muy pronto, a lo mismo — o sea, falta de políticas públicas y de rumbo estatal e institucional—.