Unidad y solidaridad

Franklin Barriga López

Antonio Guterres es un político y académico portugués que, desde el 1 de enero de 2017, se desempeña como secretario general de las Naciones Unidas  y lo hará hasta el  2027.

Este personaje, en su reciente mensaje de Año Nuevo, hizo un llamado a que  la humanidad marche unida, para enfrentar “la aflicción que asola a la gente en todo el mundo tras un 2023 de enorme sufrimiento, violencia y caos climático”.

Argumentó su exhortación basado en propio diagnóstico: “La pobreza y el hambre ganan cada vez más terreno, asfixiando a mucha gente y las guerras son más numerosas y cruentas que nunca”. Añadió: “La discriminación y el odio que envenenan las relaciones entre países y comunidades son otros de los lastres que debemos combatir. Del mismo modo debemos asegurarnos de que la inteligencia artificial y todas las nuevas tecnologías estén al servicio de la humanidad”.

El mensaje del líder de la ONU está orientado a restaurar la esperanza para la comunidad universal, en momentos tan críticos para la paz, mismos que amenazan  una conflagración de consecuencias inimaginables, si de por medio se conforman bloques de poderosos países antagónicos en guerra, donde no faltará el armamento nuclear.

La pobreza y sus problemas derivados constituyen factores adversos que pueden convertirse, por sus dimensiones planetarias, en detonantes de efectos devastadores, de no existir políticas de real cumplimiento para vastas zonas del orbe agobiadas por estos males.

La unidad y la solidaridad –tan difíciles de conseguir- son dos componentes imprescindibles para garantizar la concordia y el desarrollo, a nivel local de los países como también en el ámbito exterior.

El mensaje de Antonio Guterres actualizó los objetivos de la mayor organización internacional, que tiene su sede en Nueva York. Se analiza cuan exitosos son en la práctica esos nobles propósitos.