La princesa Elena Poniatowska

Franklin Barriga López

De México, país que sabe honrar ejemplarmente a los exponentes de la cultura,  llegó una noticia de dilatada y expresiva significación.

En memoria del autor de ‘La región más transparente’ y ‘La muerte de Artemio Cruz’, la Secretaría de Cultura Federal y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), crearon el Premio Carlos Fuentes, que ha merecido caudaloso prestigio internacional y que sido conferido a personalidades, como Mario Vargas Llosa.

En acto especial realizado en el Palacio de Bellas Artes de la capital mexicana, entre continuos y sonoros aplausos y ovaciones, tan preciado galardón que reconoce a escritores de todas las latitudes por el conjunto de su obra que haya enriquecido el patrimonio literario de la humanidad, fue entregado a Elena Poniatowska.

Con el título de princesa y con el nombre de Héléne Elizabeth Louise Amelie Paula Dolores Poniatowska Amor nació en París (1932) y se radicó en territorio azteca en 1942, proclamándose como más mexicana que el mole y así se le considera y admira, como parte sustancial de su identidad. No obstante ser genuina exponente de la realeza polaca, su obra y autenticidad de pensamiento penetra en la existencia de los más necesitados, en la esencia misma del pueblo al que defiende y exalta. Retrata a los más humildes en sus realidades y sueños.

Largo sería referirse a su personalidad y obra. No obstante y por hoy, expongo estos breves datos: Premio Cervantes 2013 (el Nobel de las Letras Hispanas), Doctora Honoris Causa de las Universidades de París, Complutense, UNAM y de más de otros diez centros de educación superior, Premio María Moors Cabot (Universidad de Columbia).

Basta referirse a lo que el académico e historiador Javier Garcíadiego Dantán manifestó en tan merecido homenaje: “Hermanados en su grandeza, Carlos Fuentes y Elena Poniatowska no son pintores de caballete, son los mayores muralistas de la literatura mexicana”. Envío la congratulación más efusiva a mi querida y respetada  amiga, notable escritora y periodista que, en mayo del año en curso, fue incorporada a la Academia Nacional de Historia del Ecuador en calidad de Miembro Honoraria.