Esencial para la democracia

Franklin Barriga López

Delegación de alto nivel de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) se ha entrevistado con el presidente Daniel Noboa, en una trascendental reunión, con resultados óptimos.

El actual mandatario ecuatoriano, fiel a sus principios, ha ratificado, en buena hora, la adhesión a las Declaraciones de Chapultepec y de Salta: la primera, suscrita en Ciudad de México, en su célebre castillo, el 11 de marzo de 1994, en ceremonia presidida por Javier Pérez de Cuéllar, secretario general de la ONU, convocada con el objetivo de consolidar la vigencia de las libertades públicas y los Derechos Humanos, contiene postulados que se complementan con aquellos del segundo documento firmado en la mencionada ciudad argentina, el 26 de noviembre de 2018, con el espíritu de Chapultepec y los añadidos que se refieren a derechos irrenunciables en el marco del desarrollo de Internet y más tecnologías, en el área digital  sin descuidar las prácticas tradicionales de la comunicación, algunas todavía en vigencia.

En este contexto, se vuelve necesario reiterar que las libertades de pensamiento, expresión y prensa son derechos inalienables de las personas y se convierten, por su raigambre y proyección de libertad, desarrollo y dignidad, en blanco de los ataques, abiertos o solapados, por parte de los seguidores del totalitarismo que, por su naturaleza retardataria, oprimen a los pueblos a los que sumergen en la miseria e impiden el libre flujo de las ideas, para que impere la “verdad” obligatoria que imponen los jerarcas del partido único.

En este contexto, por su validez sustancial para los individuos y las colectividades, transcribo un acápite de la poca conocida Declaración de Salta: “La lucha por las libertades de expresión y de prensa es esencial para la democracia y el bien común. Defenderlas día a día es honrar nuestra historia y dominar nuestro destino”.