Crisis de seguridad

Franklin Barriga López

El gobierno de los Estados Unidos ha vuelto a recomendar a sus ciudadanos que reconsideren los viajes a Colombia debido a los riesgos que podrían enfrentar, por ello recordó que sigue vigente la alerta emitida en el sentido indicado.

Los riesgos aumentan especialmente en Arauca, Cauca, Norte de Santander y la frontera con Venezuela, entre otros lugares, por las extorsiones, robos a mano armada y secuestros que existen. Se puntualiza que continúan operando y realizando atentados el Ejército de Liberación Nacional (ELN), las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), Segunda Marquetalia, el Clan del Golfo y otras organizaciones criminales que prosiguen en sus actividades nada recomendables.

Lo que acontece en el vecino país sufrimos también en Ecuador, debido a lo que en verdad inquieta y que ha deteriorado nuestro ambiente social de manera alarmante, por ello gobiernos de países amigos emitieron alertas para que no se viaje sin las debidas precauciones a las provincias de El Oro, Manabí, Santo Domingo de los Tsáchilas, Los Ríos, Santa Elena, Cañar y Carchi. Se subraya los peligros en las ciudades más violentas: Guayaquil, Esmeraldas, Huaquillas y Quevedo.

Este panorama, que es real y por demás perjudicial a causa de la arremetida de la delincuencia transnacional organizada unida a la criolla, se ha proyectado al exterior con las consecuencias adversas que son fáciles de colegir. Expertos catalogan como la peor crisis de violencia la que atraviesa en estos días nuestra Patria.

Cuando se neutralice estas amenazas tan agudas que actúan en varios frentes, como consecuencia de la acción decidida de las autoridades con el apoyo internacional, otras serán las circunstancias –y muy ciertas- para el advenimiento de días mejores.

En ningún momento se debe olvidar que sin seguridad no hay desarrollo.