Seguir soñando

– Jiménez

El tema y los resultados del debate entre candidatos llenan todos los espacios de comunicación, no nos referiremos al evento, apenas expresar nuestra molestia e insatisfacción por el formato confuso y la falta de capacidad, imaginación, competencia, conocimiento y dudas de los participantes. Pero, eso es lo que tenemos hoy.

Ahora, escribimos tan sólo el tema de uno de los ejes, el de la seguridad, que tuvo un tratamiento de tan soluciones coyunturales y basadas en personal, control y armas y no en lo que la mayoría de población sentimos, la pérdida progresiva de la paz, porque todos los días miramos, escuchamos y leemos rudeza, brutalidad y también, la impavidez, más peligrosa que la violencia.

 Hoy mismo, con el cierre de muchas instituciones educativas por los peligros, meditamos sobre sus causas: pobreza y marginación, infraestructura precaria, problemas intrafamiliares, presencia de pandillas y crimen organizado, uso de armas, consumo de alcohol y drogas, con las acciones precarias de las autoridades y una justicia intencionalmente equivocada.

Por eso, aseveran que en Ecuador hay un avance de las transnacionales de la criminalidad, estamos entre los 10 primeros países del mundo con mayor crueldad y saña, somos ya una “escuela de violencia”, lo dicen medios de comunicación a nivel mundial –Latinoamericana 21- ratificando lo que hemos pensado, nuestros gobiernos han fallado a los niños y a los jóvenes contribuyendo al aumento de la iracundia generalizada., un “punto caliente” nos llaman.

Tanta es la incompetencia gubernamental que desde mucho tiempo atrás se ha acumulado la violencia, a pesar del “Plan de Escuelas Seguras”. Hay un pueblo con expresiones dolorosas: “Mucha pobreza hay en mi tierra, muchos niños han dejado las escuelas y colegios, no tienen ni internet ni ordenadores para continuar, les espera la calle, allí donde el negocio abre la posibilidad de conseguir “fácilmente dinero”. Mil dólares por entregar el ingrediente a adictos o para matar a alguien, fortuna rápida, aunque al borde de la sepultura. Entonces, los jóvenes dicen ¿Para qué estudiar? y ¿Para qué trabajar? Si por los dos lados son explotados o extorsionados.”

Evitar que todo aquello suceda es la única opción, el documento nombrado es valioso, tiene fundamentación legal suficiente: Constitución, 4 leyes orgánicas, códigos, decretos ejecutivos, acuerdos ministeriales de educación e interministeriales, compromisos desde los Ministerios de Educación e Interior, que son los que tienen niveles de decisión, coordinación e implementación y que deberían funcionar en 5 ejes bien determinados: articulación,  prevención, sensibilización, atención y servicio, educativa y comunicacional.

Para las instituciones educativas las responsabilidades son puntuales, siempre y cuando las directrices sean claras desde el alto nivel: ministro/a, viceministros/as, subsecretarías, coordinaciones zonales y distritales, hacia las funciones en las unidades educativas: autoridades, docentes, DECE, estudiantes, familias, personal administrativo y de apoyo.

Si la despreocupación es excesiva, difícil exigir al gobierno que está feneciendo, al menos transmitimos a los candidatos que nada opinaron. Mientras, nosotros seguiremos en nuestra línea: “Protestando porque estamos convencidos y no para convencer”.

Muchas veces nos dicen que soñamos, Así es, tenemos vigente a Martin Luther King: “Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando. Soñar con la libertad, soñar con la justicia, soñar con la igualdad y ojalá ya no tuviera la necesidad de soñarlas”