Es la política, necios

Manuel Castro M.

Todos somos políticos y ambientalistas, pues vivimos en sociedad y respiramos. Pero hay los radicales políticos, de buena fe algunos marxistas, cuyo maestro vivió hace doscientos años, quienes insisten en causas casi superadas como aborto, matrimonio igualitario, medio ambiente. Son para mantener latente su materialismo histórico: salvajismo (primitivo comunismo), esclavitud, feudalismo, capitalismo, socialismo y al fin comunismo, que es su objetivo final.  La realidad: cayó la URSS, miseria en el seudo socialismo del siglo XX (Cuba, Venezuela, Nicaragua, etc.) y una China con capitalismo de Estado.

En el Ecuador hay los idealistas conservacionistas -no precisamente los conservadores- que se oponen a la extracción petrolera y minera, aunque del cielo nada cae. Hoy, con la natural imprudencia del la Corte Constitucional, se consultará algo que se quería preguntar hace diez años y que el expresidente Correa boicoteó para dedicarse a la explotación del Bloque 43 Yasuní. Después de comenzada tal extracción y en plena marcha, con una alta inversión y con ingresos para el Estado ecuatoriano, se la quiere suspender.

Según los conocedores, el déficit fiscal que recibirá el nuevo gobierno podría ascender a 5.000 millones de dólares, con la cercana amenaza por El Niño su crecimiento será cero, o sea menos fuentes de empleo y debilitamiento del aparato productivo. De aprobarse el Sí en la consulta del Yasuní el país contraerá su producción petrolera, cada año dejará de percibir aproximadamente 1.200 millones de dólares y durante veinte años por lo menos 15.000 millones de dólares. El cerrar los pozos demandará 500 millones de dólares. Mil empleados directos perderán sus empleos, los habitantes cercanos igualmente no tendrán trabajos indirectos con la petrolera. Hay cientos de contratos con empresas ecuatorianas que formularán sus reclamos. La regresión de derechos será cierta y la seguridad jurídica afectada. Nadie hará inversiones en un país que cierra una extracción petrolera.

No es la primera vez que el Ecuador busca recursos con base a la conservación de la riqueza natural. Los grandes países poco caso nos hacen, además que siguen con sus proyectos petroleros y mineros, hasta tener nuevos sistemas de energía.  Es curioso pero los más afectados están por el Sí: organizaciones indígenas, maestros, trabajadores, Vatos Locos, socialistas oportunistas. Recién ahora surgen las alternativas, jamás antes las han sugerido, pues nos contentamos con el discurso y la politiquería.