En la consulta, apostémosle al país

José Alvear

La consulta no es chicha ni limonada, pero marca una oportunidad para apoyar una hoja de ruta enfocada en la transparencia, el combate a la corrupción, el narcotráfico y sobre todo la inseguridad.

Debe quedar claro, sin embargo, que la consulta no puede quedar reducida a la aprobación o desaprobación al Gobierno de Guillermo Lasso. Eso es lo que han querido posicionar ciertos sectores que tienen una agenda propia y a los que no les interesa la lucha contra la corrupción o el narcotráfico, pero revisemos brevemente las preguntas.

La 1, 2 y 3 son de aporte indudable. En la pregunta 1 es fundamental decir que sí, porque resulta imperante la necesidad de enviar a delincuentes que hayan cometido crímenes transnacionales al exterior, para ser juzgados; para que sean castigados por jueces inflexibles, que no se venden, ni se dejan amedrentar.

La 2 garantiza la autonomía de la Fiscalía. Consiste en sacar de las garras del politizado Consejo de la Judicatura la selección de fiscales. Basta de trabas burocráticas; la Judicatura no ha seleccionado fiscales en los últimos nueve años y tiene un déficit de 602 funcionarios.

La pregunta 3 sobre la Asamblea y su número de vagos —perdón, ‘legisladores’—, se cae de madura. Es importante apoyar esta iniciativa para que no aumente el número de parásitos que se pagan sus sueldos con nuestros impuestos y no aportan nada. Según la Constitución, el número va aumentando en función del crecimiento poblacional. Es momento de frenar el avance de un Estado ya obeso, porque seguimos alimentándolo. Para las próximas elecciones de 2025 tendremos que mantener 152 parásitos en vez de 137. ¡Depende de nosotros cambiarlo!

Las preguntas 4, 5 y 6 tienen objetivos positivos para el país. Que se reduzcan los partidos políticos es necesario. Basta de regalar dinero del Estado a movimientos que no nos representan. Es momento de parar el negocio particular de los dueños de partidos de alquiler.

Las preguntas 5 y 6 son fundamentales, porque es urgente quitarle el poder al Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (invento burdo del correato para controlar los poderes del Estado, mediante sus representantes disfrazados de independientes); por transparencia, la Asamblea debe encargarse de sus competencias

La pregunta 7 es la que no resulta positiva, porque incrementa el poder del Estado en sus ejes de acción. Por eso es mejor decir fuerte y claro: menos Estado intervencionista ‘controlando’ más libertad.

La pregunta 8 debe ser respaldada. Hay que premiar e incentivar a quienes cuidan el medioambiente hasta que sea parte de nuestra cultura.

Es nuestro momento. No se trata de apoyar o no al Gobierno, sino de exigirle que haga su trabajo y es fundamental hacer fuerza común para buscar mejores días desde las urnas. Si evadimos esa responsabilidad, perdemos una oportunidad de oro.