El silencio es elocuente

Pablo Granja

Tu silencio es elocuente/hay que saber escucharlo/y en el alma descifrarlo.…”

Fray Alejandro Ferreiros

El silencio sirve en múltiples circunstancias: para guardar intimidades que no queremos compartir; para meditar en algún éxito o un fracaso; para darle tiempo a la memoria a que recupere algún pasaje escondido de nuestro pasado. Sirve para acompañar a algún amigo en su tristeza, a una madre en su dolor, a un hijo en su tropiezo. Hay silencios que sirven para darle algún reposo al alma, como también para planificar nuestro futuro. También hay silencios que irrumpen en el caos poniendo orden en medio del bullicio, como los hay para aceptar humildemente una crítica o recibir un consejo. Silencios del sabio que calla ante la impertinencia o del prudente que algo quiere evitar; o del discreto que guarda un secreto que le fue confiado. Hay los que son una disculpa, pero también los del necio que oculta lo que debería confesar.

Mientras, otros son un insulto que disimulan, encubren o delatan. Ocurrió con la foto tomada en una piscina en que aparecían algunos bañistas ‘bien despachados y sin camiseta’; uno de ellos investigado por delitos graves y otro de un miembro de los Latin Kings, hoy ‘estrellita’ de UNES en la Asamblea Nacional. La foto ocasionó tal revuelo que el grupo político que lo auspicia anunció una investigación de la Comisión de Ética, lo cual llamó la atención por lo siguiente:

  1. Que ese movimiento tenga una ‘Comisión de Ética’.
  2. Que ese Comité nunca antes se haya pronunciado públicamente teniendo tantos militantes presos, huidos y encausados.
  3. Que dicho Comité haya resuelto el caso en un tiempo récord, ya que el asambleísta cuestionado apareció a día seguido posesionando a las nuevas autoridades legislativas.

Cada engaño proveniente de los políticos deteriora la credibilidad de la gente, lo que  es aprovechado por los mismos que lo provocan, utilizando una retórica populista bien elaborada. Acaba de ocurrir en la Asamblea Nacional – cuando no – con motivo del juicio político forjado en contra del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, invento de la década infame para llenar de ‘compadritos lindos’ todas las instituciones de control del Estado. El maridaje entre socialcristianos y populistas – teniendo de pajecillos al Dr. Saquicela y otros – meses atrás había anunciado la destitución de los cuatro vocales que no les eran afines. Para adelantar el juicio se retiraron otros ya calificadas. Llegado el turno, un sereno Dr. Ulloa, presidente del CPCCS, solicitó que se dé lectura al informe de la Comisión que determinó las causales para su juzgamiento; elemental instrumento para conocer acerca de lo que tenía que defenderse. Como el reclamado informe no existía se produjo un prolongado silencio que delató la irregularidad del proceso. No obstante procedieron a la destitución de acuerdo a lo planificado, abriéndose el camino para llenar, otra vez, de ‘compadritos lindos’ todas las funciones de control del Estado. La siguiente ‘saquicelada’ era nombrar rápidamente a los suplentes convocándolos casi a día seguido, pero ¡oh sorpresa!: no concurrió ninguno… Solamente de uno se conoce la razón de su ausencia: está radicado en los EE. UU. porque en el país tiene orden de prisión! Aunque salir del asombro cuesta, falta el epílogo de esta ‘saquicelazo’, que estaría por ocurrir: el presidente de la Asamblea Nacional ha convocado a una sesión virtual para posesionar a los suplentes, incluyendo al ausente, se supone.

Pero el silencio que provocó el Dr. Ulloa en la Asamblea Nacional ya los puso en elocuente evidencia a saquicelas y saquicelos.

[email protected]