El reclamado liderazgo

Manuel Castro M.              

Es fácil formular diagnósticos, como difícil proporcionar soluciones posibles a los gobernantes. La mayor parte queda en consejos. De no acertar en las soluciones, tal vez por incapacidad, surge en los detentadores del poder el engaño, la propaganda emocional y a veces la mentira de mala fe. Hoy en el Ecuador frente a la crisis de inseguridad, crimen organizado, embates de la naturaleza, todos reclaman liderazgo al presidente Lasso. Otros, los más radicales, creen que el liderazgo podría estar en otros políticos, inexistentes o poco probados al momento. Tal vez se juega a una lotería constitucional o dictatorial.

Hay que admitir que el liderazgo no es ciencia sino arte, desde en la política hasta en los deportes. Flaubert afirma: “El arte es, de todas las mentiras, la que engaña menos”. Hay  rápidos cambios en la actualidad que para gobernar es imprescindible que junto a la sabiduría tenga vivencia el liderazgo. Analistas y politólogos sostienen que en el liderazgo hay cosas en común en los personajes que han llegado al éxito. Sirven también a los que quieren mejorar su liderazgo y a los que están intentando convertirse en  líderes.

Los líderes coinciden en que el primer elemento de un auténtico liderazgo es la capacidad y luego que puedan influir positivamente en la gente. Los mejores líderes son aquellos que están a la altura las circunstancias: Lincoln en la Guerra de la Secesión; Franklin D. Roosevelt en la Segunda Guerra Mundial. Clinton tuvo que afrontar una Cámara de Representantes de mayoría republicana ante una posible destitución. Bush ejercía la presidencia de los Estados Unidos durante los ataques del 11 de Septiembre, las guerras de Afganistán e Irán y una recesión económica. Allí aprendieron —dicen los analistas— sobre el liderazgo.

A  Kennedy le preguntaron si recomendaría el trabajo de presidente, y él contestó: “Ahora mismo creo que no. Esperen a que termine mi mandato”.  Bush a la pregunta de qué se necesita para ser presidente, respondió: “Humildad. Es muy importante saber que hay cosas que no sabes y escuchar a la gente que sabe lo que tú no sabes”.    Y completa: “Tener en la mente,