El asco de la política

Ugo Stornaiolo

La podredumbre, la inmundicia y las alcantarillas son el hábitat ideal de los políticos ecuatorianos. Escándalos, líos y conspiraciones. El objetivo: desmontar la democracia. Nostálgicos de un despotismo que rigió por una década y amenaza con volver, para vengarse. Aunque lo que dejó son candados y trampas en una constitución impresentable “creada para 300 años” imposible de desmontar. Ellos sabían que tarde o temprano vuelven. Falta el regreso de RC en olor de santidad y sin pecado.

Endosar acusaciones sin pruebas es su especialidad. Defenderse atacando, su destreza. Lo practican en esa asamblea que es la peor representación de lo que ellos son en política. Ahora se llenan la boca y tratan de bajarse como sea al presidente. Se inventarán cualquier cosa. El caudillo neopopulista lo ordenó desde el ático de Bélgica: adelantar elecciones. Como en 2019 y 2022.

Las oportunidades se pintan calvas: al gobierno del ‘encuentro’ ahora le llaman ‘de la semana santa’, porque no se sabe si cae en marzo o en abril, según el humor de la calle. ¿Qué capacidad de maniobra tiene un gobierno tan débil? Poca o ninguna, porque no sintonizó con el clamor popular. Y es fácil convencer al pueblo con cualquier idiotez.

El gobierno es corrupto y se alió con los narcos, denuncian. Ojalá que las pruebas que presenten sean contundentes para comprobarlo. Lo de los tetones en la piscina de Miami fue una cortina de humo (el asambleísta latin king está más campante que nunca). Las inusuales relaciones de Correa y sus cercanos con los capos de las bandas delictivas son solo “fotos que les pidieron, porque todos quieren estar con ellos”.

La cleptocracia sigue conspirando. Los números de las elecciones alcanzan. 25% de votos para llegar a segunda vuelta. La misma cantidad de votos desde que el caudillo voló al ático. Pero, creen que pueden mandar y ordenar. Y le dan plazo al presidente: “tiene diez días”, dice una alucinada legisladora de una asamblea con solo el 6% de aprobación. Gritan y alzan la voz: “muerte cruzada o juicio político”, piden.

Otro que no cree en la democracia anuncia su nuevo salto a la palestra. Leonidas Iza calienta motores para tomar el poder en 2025 o antes. Lo hará como mejor sabe: tirando piedras, sitiando ciudades e imponiendo condiciones. Su estallido tiene ahora la gasolina de los correístas, que le hacen el juego. Y de los socialcristianos, que le entregaron a Correa en bandeja Guayas y Guayaquil. Lo de Quito y Pichincha es otra cosa: voto duro y falta de unidad. Por eso, la política ecuatoriana da asco.