Corrupción endémica

Eduardo F. Naranjo C.

La administración del Estado en algunos países como  China es cuestión de jerarquía, conocimiento y responsabilidad, independientemente del sistema político actual. Desde la época de Confucio, para ser funcionario se debía aprobar rigurosos exámenes que verificaban que el ciudadano serviría correctamente. Esto permitió a ese país ser el gran imperio del centro, donde la corrupción se pagaba con la vida.

Vivimos pasmados ante acontecimientos desbordados de corrupción, que abarcan desde la presidencia hasta el portero y todo sigue su marcha, pero no podemos quejarnos, es la sociedad que  construimos con nuestras ambiciones y  miserias.

Hablamos del crimen organizado y su potencial toma del poder financiero, político y de seguridad, situación grave a la que llegamos sin respuesta ni acción válida, además parece que la intencionalidad es destrozar y desprestigiar el sistema estatal infiltrando a conocidos ultra liberales o ‘desconocidas’ fichas de ajedrez, única explicación a la gran ineptitud y subyacente corrupción en el sistema, las empresas claves y poderosamente rentables para el país en manos de ineptos, incapaces o intencionados rapaces.

Poner momias políticas a manejar áreas de alta complejidad guarda una oscura intención. El plan maestro de electrificación tiene metas que no se cumplieron, ni tampoco operaciones de mantenimiento necesarias con el objetivo de llegar a oscuros contratos  de generación termoeléctrica, que son las máquinas de hacer fortuna de los pícaros de antes y los actuales.

Lamentablemente, los ‘creadores de falsos genios’, son algunos medios de comunicación que, por el favor publicitario y otros  intereses fabrican ‘expertos en verdades siniestras’, que muestran escenarios donde el sistema estatal es el malo, cuando ciertamente la ‘corrupción sistémica’ es dueña del país sumada a la ausencia de verdaderos líderes y el silencio cómplice de una mayoría. El campo está libre para los depredadores voraces que ven llegada su oportunidad.