Topic y el alma ecuatoriana

Daniel Márquez Soares

Afortunadamente, Jan Topic perdió. Preocupaba sobremanera ver cómo el país consideraba apostarle a la ludificación de la violencia. En sus spots, el candidato jugaba a Tony Stark presentando nuevos arsenaleso se mostraba como uno de esos inventores medios locos al servicio de James Bond, introduciendo herramientas costosas e innovadoras para combatir mejor.

El problema es que el Ecuador no es un videojuego. No tenemos vidas infinitas para perder y seguir tratando hasta ganar, como se hacía en cualquier juego electrónico de los de antes. Por suerte, al menos en esta ocasión, el pueblo ecuatoriano demostró sabiduría.  Topic es educado, estudiado, millonario —hasta guapo, dicen las señoritas—; todo lo que se necesita hoy por hoy para ser un biensucedido político. Sin embargo, era un riesgo tremendo.

¿Por qué Bukele sí y por qué Topic no? Por el simple hecho de que los salvadoreños están habituados a la muerte, los ecuatorianos no. Durán Barba habla de la “ludificación” de la política, pero solo un demente podría plantear la “ludificación” de la violencia a gran escala.

Una cosa era dictadores prometiendo ‘mano dura’ contra disidentes. Otra, muy diferente, un candidato haciendo ante cámaras un juramento solemne de avanzar a sangre y fuego por un barrio pobre,liquidando a las “mafias”, en caso de ganar.

Esos gestos resultan incomprensibles viniendo de un excombatiente. ¿Dónde quedó lo de ir al combate sin odio? Resulta difícil de entender que alguien que ha olido la muerte, que ha visto lo que las armas modernas le hacen al cuerpo de un ser humano, irradie ese mensaje macabro que se multiplica exponencialmente en las redes. El Ecuador no merecía ni merece eso.

A Topic le queda una vida política por delante. Ojalá, más temprano que tarde, sea capaz de entender aquello que Velasco Ibarra y sus acólitos llamaban “alma ecuatoriana”. Aquí nunca nos gustó matar. Y siempre que a alguien se le preguntaba si había matado, lo único que hacía, por respeto a sí mismo y al resto, era ponerse de pie y marcharse ante una pregunta tan insolente. Ojalá vuelvan pronto esos tiempos, pero todos tenemos que poner de parte.