D. Trump

Rodrigo Santillán Peralbo

El poderoso magnate Donald Trump es el primer expresidente de Estados Unidos que ha sido acusado con más de 30 cargos criminales relacionados con fraude empresarial y otros, por la Corte Criminal de Manhattan, en donde es sometido a juicio. En la audiencia se esperaba que el juez, de origen colombiano, ordenara su arresto, pero al quedar en libertad voló en su avión privado a su mansión en Florida para continuar con sus ambiciosos planes de volver a ser presidente del imperio.

El ‘inocente’ Trump ha negado haber pagado a la actriz de películas de adultos o pornográficas Stormy Daniels, la cantidad de 130.000 dólares para que mantenga la boca cerrada, a fin de que no hiciera pública su relación en plena campaña electoral de 2016. Así juegan los políticos inmorales con la buena fe de los ciudadanos votantes. Todo vale en las campañas electorales.

Además, quienes cometen delitos pregonan ser inocentes, así falsifiquen los registros comerciales como lo habría hecho Trump, pero se ha probado que la Organización Trump anotó los reembolsos como gastos legales en sus libros de contabilidad internos, situación que no es simple trampa, sino un delito de alta gravedad, según los fiscales acusadores. Por este delito el acusado podría ser condenado de uno a cuatro años de prisión, según el sistema legal estadounidense.

Trump, quizá para no empañar su larga campaña presidencial ha negado con rigor y fuerza haber tenido relaciones sexuales con la actriz porno, al tiempo que afirmaba que los cargos que se le imputan son propios de sus enemigos políticos.

El ambicioso Trump, de la extrema derecha norteamericana, se ha convertido en el primer expresidente estadounidense que afronta cargos penales, pero quiere volver a sentarse en un sillón presidencial en la Casa Blanca. ¿Será?