Codicia y desamparo

La sociedad ecuatoriana y las de toda América ahora visualizan con inusitada claridad la verdad de las estructuras dominantes, gracias a la labor de periodistas de “verdad”, que cumplen su misión pese al riesgo, sin esclavizar su condición, dueños de su propio criterio y libertad para cumplir los objetivos de servicio a la comunidad.

Sacar a la luz documentación “secreta”, donde aparecen políticos de alta gama del continente involucrados en inversiones millonarias y nada claras creó un vendaval. Periodismo de calidad, el trabajo de la colega Mónica Almeida y su equipo han ganado varios reconocimientos, entre estos de la Unión Nacional de Periodistas por su labor de investigación. Acciones meritorias como estas despiertan confianza en algunos medios, que ofrecen “hechos” a la opinión pública ecuatoriana.

En un panel del medio alemán Deutsche Welle se revisó la situación los “Pandora papers”. Los profesionales invitados concluyeron que esta información muestra de manera  contundente la evasión fiscal en el continente y la opacidad de las acciones que enriquecen a quienes mangonean la política. En nuestros países son las élites corruptas las que manejan el poder y no siempre directamente, sino vía intermediarios que recibirán su parte; mientras, el conjunto de la sociedad está maniatado, sin ninguna posibilidad de prosperar. Ante el abandono y desamparo que perciben, las masas se decantan hacia posturas extremas y crean enemigos de ficción a los que endilgar todas las desgracias.

Evadir el pago de impuestos y asegurarse de tener sus dineros a “salvo” no es algo de hoy; data de hace cien años o más. En esos sumideros de recursos, el 60 por ciento de “inversiones” no son resultado de trabajo honesto, sino que son mecanismos de fuga silenciosa de capitales que producen daño a los países y responden por todos los hechos oscuros de la Historia.