Buena Navidad

Mayra Aguirre Robayo

El Zen es una modificación de la palabra sánscrita ‘dbyana’, originario de China con raíces hindúes. El Zen está al margen de toda doctrina, filosofía, ideología; se trata de una experiencia centrada en la naturaleza esencial del Yo verdadero hacia el Satori de la iluminación personal. La meditación Zen apunta al corazón humano con la práctica de Zazen -meditación sentada-: el recogimiento hacia uno mismo que liberan las toxinas corporales y espirituales; con la respiración y la quietud: El Samadhi es un estado de total quietud, plena conciencia y presencia. Son momentos de purificación y de renacimiento. Los votos de: ´los seres son innumerables hago votos de salvarlos a todos’ se inserta en el mundo contemporáneo conflictivo y limitante de los sueños.

El egocentrismo que tiene raíces actuales en la hipertécnica, el exceso de las concepciones materialistas. Nos inclinamos más a los verbos dominar, luchar, tener que a cooperar, confiar, amar. Soltarse y desplazarse a través de la vida, de un cambio a otro, aporta madurez a nuestro ser. La ignorancia en el Zen es la dualidad reflejada en el apego a las cosas, las personas y las ideas.

El Zazen permite vivir el ahora con gozo y libertad; es como volver al ser original confiando en el Absoluto. ´Los pensamientos y sentimientos  ilusorios son ilimitados. Hago votos de liberarme de todos´; nuestra mente movida por apegos, rechazos, juicios, comparaciones y censuras es activa. La mente se convierte en un torbellino. Si cultivamos el auténtico espíritu de exploración en cada nuevo lugar que vivimos cobrará mayor importancia para evitar la dualidad. ´Las puertas del Dharma son incontables. Hago votos de aprenderlas todas´; el camino de la sabiduría nos enseña a aprehender que cada sendero es el centro de nosotros mismo y del universo. El Dharma es un viaje infinito de normas de vida que evidencias nuestro rostro original. La Biblia no informa de la vivencia de Jesús en su partida a Egipto; hay fuentes que bebió de las sabidurías sagradas del budismo en la ciudad de los lamas en Lhasa.

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