Campaña anticipada

César Ulloa

Siempre hubo campaña anticipada, sin embargo, ahora es precipitada, debido a la muerte cruzada o agonía simultánea de las dos funciones del Estado. Por un lado, nadie creyó que el Presidente iba a decretar su salida anticipada sin legisladores, pero tampoco había conformidad con la Asamblea por parte de la población. En definitiva, era la primera vez que un mandatario con tan bajos niveles de aceptación se atrevió a una medida tan drástica. Al otro lado, una legislatura defenestrada con las peores calificaciones desde el retorno a la democracia. Es el choque de trenes debilitados, en donde la cuerda se rompió por el lado más débil.

En este contexto, para los candidatos que son conocidos, la campaña no deja de ser fuerte pero no es tan angustiosa como para los debutantes, aquellos que quieren llegar de un trampolín a Carondelet. Ahora saltaron a la cancha personajes recurrentes en la opinión pública y eso diferencia esta campaña de la anterior. Tenemos, por un lado, a Villavicencio, Otto, Yaku y el correísmo, además de Hervas, el outsider Topic y los debutantes Armijos y Noboa hijo. Hay una movilidad de fichas, pues Hervas ya no es outsider, Otto disputa la elección, Yaku va por segunda vez y Villavicencio hace de la Asamblea su catapulta.

Los resultados preliminares de las encuestas dejan ver dos pelotones —si cabe el término—, en este primer recorrido: el correísmo versus Otto, Yaku y Villavicencio, mientras que en el segundo pelotón están Hervas, Topic, Armijos y Noboa. No se podría decir todavía que las urnas están cerradas, pues cualquier golpe de efecto podría alterar la tendencia y despertar ese electorado que se encuentra en la indecisión y el quemeimportismo. Hasta agosto pueden suceder varios escenarios: la tendencia se mantiene y hay segunda vuelta entre los integrantes del primer pelotón o que haya un severo cambio por algo extraordinario.

La conquista del electorado joven es fundamental, no solo por el alto porcentaje que representan, sino porque es el más incrédulo, golpeado e incomprendido. No es cuestión de memes, TikToks u otras hierbas, los jóvenes quieren respuestas a sus problemas: desempleo, inseguridad y falta de acceso a la educación.