Ahora sí, a gobernar

Alfonso Espín Mosquera

Unos más que otros, en algún momento, hemos caído en la apatía ante los devenires políticos del país, nos hemos hecho a un lado de la participación ciudadana y, desgraciadamente, ante nuestra negligencia, grupos políticos, carentes de ética, pero siempre buscando sus mezquinos intereses, nos han gobernado a su antojo.

Debe ser porque la historia nos ha enseñado que en campaña nos ofrecen el ‘oro y el moro’, mas en la práctica, solamente aparecen sus atracos e infamias. Nos han intentado vender bambalinas, han repartido obsequios y se han rasgado las vestiduras hablando de corrupción, pero a la hora de la hora, nos han traicionado.

No se entiende, por ejemplo, como los llamados revolucionarios, amantes del socialismo y detractores de toda forma privada de producir y generar riqueza, continúan publicitando un porvenir ‘socialista’  a sabiendas de los fracasos que ha tenido esta tendencia política en la propia región y en el mundo entero.

Y no es que el sistema capitalista haya brindado equidad y justicia, pero vale preguntarles a los seguidores del marxismo: ¿El éxodo del pueblo cubano hacia los Estados Unidos de Norteamérica, salvando la muerte en precarias embarcaciones, no les dice razones para mirar un sistema anacrónico e inhumano en la Isla caribeña? ¿La presencia de venezolanos por todas las latitudes del planeta, en condiciones de extrema necesidad, en calidad de menesterosos, no les da ‘luces’ para juzgar que algo está mal en el gobierno de la ‘revolución bolivariana’, liderada por Nicolás Maduro?

Francamente, o son ciegos idealistas, detrás de una consigna que nos les permite razonar y por tanto han perdido la cordura, o son pícaros oportunistas a la espera de acomodarse en los cargos públicos, para si es posible festinarse los recursos del país, como ya pasó en la llamada ‘década ganada’, o son un rebaño que espera cómodamente bonos y dádivas para vivir del paternalismo estatal.

Ya tenemos un nuevo presidente y ahora viene lo más difícil, lograr un entendimiento entre el poder Ejecutivo y el Legislativo por el bien del país.

No será aceptable que en la crisis que vivimos por la inseguridad, violencia y las condiciones económicas, los asambleístas antepongan sus intereses partidistas a los del gran conglomerado social. No será responsable, ejercer una oposición ciega e irresponsable para hacerle fracasar al primer mandatario, porque esa caída, es también para la nación entera.

Noboa necesita un espacio y el apoyo de todo el país, partidarios y no, para sentar algunas bases en tan corto tiempo de gobernanza. Este tiene que ser  un gobierno de reparaciones emergentes ante las graves circunstancias que le rodean al Ecuador, luego cualquier declaración o actitud desafiante y desatinada que traduzca el afán personal o de sus grupos políticos, debe ser rechazada como un acto de mala fe e irresponsabilidad.

El nuevo gobernante deberá observar la experiencia de este gobierno para no cometer errores y deberá quitarse de encima cualquier resquicio y funcionario de los regímenes pasados, para dejarse ver transparente y conducente a los arreglos que necesitamos los nacionales.