A qué nos enfrentamos los electores

Las campañas electorales se van calentando y se perfilan las opciones de cada binomio a la presidencia. Día a día van consolidándose los nombres en este minitiempo para presentar las propuestas y proyectos al país.

Al parecer el correísmo está dividido, porque es de suponerse que quienes militan en esa tienda, deberían esperar un movimiento político en el que se pueda opinar y elegir democráticamente a sus representantes, pero esa asociación política parece más bien una secta, en la que un líder da órdenes y toma decisiones sobre todos los miembros. Esto seguro irá cansando a algunos seguidores que empiezan a abrir los ojos ante la omnipotencia de un sujeto que, desde lejos, hace y deshace en ese movimiento, sin opción a protesta, pero sí a la obediencia ciega.

Vale aclarar que, de no ganar el correísmo en una sola vuelta, será muy difícil su situación, porque las votaciones del resto de contendientes harán peso al otro lado y, con ocho candidatos y las circunstancias y pasado de sus líderes, estarían fuera de juego.

Por otro lado, la Conaie que pudo liderar un paro ‘potente y destructivo’, ahora no tiene candidatos a la presidencia. También hay incomodidades entre Pachakutik y la Conaie, me refiero a la facción, liderada por Nicolás Iza, que se lanzó a favor de Correa y que  ha sido criticado por Marlon Santi, coordinador nacional de Pachakutik, tachando de irresponsables a las declaraciones del dirigente de la Conaie, de no apoyar a ninguno de los nombres que se barajan en ese movimiento y más bien de acercarse a la Revolución Ciudadana.

Con seguridad será a Yaku Pérez a quien dará el apoyo Pachakutik, sobre todo, porque de manera natural han sido afines, desde la anterior elección.

En este panorama, en el que también están que se despepitan los exasambleístas por volver a sus curules, la figura de Fernando Villavicencio se erige interesante, pues cuando parece que no hay salida alguna, que todo es una bataola, como efectivamente suena el juego de arreglos en las distintas tiendas políticas, la gente juega cartas extremas y finales. De hecho la oferta de Villavicencio de sanear el problema de mafias en el corto período presidencial que deberán gobernar quienes sean electos, agrada al público y lo hace ver como una especie de ‘redentor’ en estos momentos críticos.

Hervas también estuvo en diálogo con Pachakutik, pero se fue por su parte;  Otto, aparece como el candidato académico, pero con un pasado anclado a Lenín Moreno, que  fue partícipe del correato y, los otros: Noboa, Tópic y Armijos, estarán  midiendo fuerzas y esperando sorpresas.

Lo correcto sería que la contienda electoral sea limpia, sin fraudes y que quienquiera que gane se ponga la camiseta del país y, a lo mejor hay este afán en los distintos binomios, pero si vuelven los indeseables asambleístas, que mayoritariamente están también terciando, regresará la ingobernabilidad, las cortapisas y la debacle para el país y su gente.

Es necesario un nivel de convicción, de responsabilidad, de afecto por la nación, más allá que por sus cabecillas para tomar partido y decisiones, en favor de la verdad y la justicia en la Asamblea Nacional, pero eso sí que está cuesta arriba, pues ya demostraron los miembros del legislativo sus bajos afanes, su poca preparación y su mediocre accionar.