“No creo que la Ética sirva para zanjar ningún debate, aunque su oficio sea para iniciarlos todos”, dice Fernando Savater. De ahí, la intención de este artículo, comenzar la discusión y aportar, justo en los tiempos de los más grandes contrastes a nivel mundial y nacional: avances científicos y tecnológicos extraordinarios, frente a comportamientos humanos inadecuados.
Para resolver las situaciones negativas, la actitud dual del hombre es clave, si bien somos seres sujetos a equivocarnos, también tenemos la posibilidad, a través de compromisos vivenciales, de encontrar los medios y utilizarlos en procura de al menos, disminuir los niveles inaceptables de: pobreza, miedo, discriminación, injusticia y corrupción, que al decir de Ki-Moon, ex Secretario General de la Naciones Unidas, son el producto “del comportamiento no ético de las personas”.
Ese proceder deshonesto en el Ecuador, con pocas excepciones, se da: gobernantes o funcionarios sin transparencia, personajes falaces con yerros permanentes, representantes políticos sectarios y fanáticos, jueces de fácil compra, consejeros de intencionada inmovilidad absoluta, empresarios pendientes de utilidades secretas.
El tema de la Ética no debe traer enunciados superficiales y demagógicos. Conlleva el mensaje por trabajar por algo cierto, no con sencillos “ajustes” para incorporar el tema en el Plan de Estudios, tampoco para ser tratados trans e interdisciplinariamente o a través de los Departamentos de Consejería Estudiantil que tienen poco tiempo de contacto directo con los estudiantes.
Hablemos de un Programa de Generación Continua: público, claro, holístico para: docentes capacitados, estudiantes, padres, y por supuesto, medios de comunicación.
El proyecto de vida con ética (Ethos) debe ser construido, desde las ciencias que estudian la conducta del ser humano hasta la participación educativa completa. Es muy amplio, debe ser tratado desde el gobierno, la academia, universidades, prensa.
A corrupción globalizada… lo mejor, Ética comprendida, sentida y aplicada.