Alzar la voz en paz

El país ha visto con alivio que la jornada de protesta—convocada por un sector de la Confederación de Nacionalidades Indígenas y con el apoyo de algunos movimientos sociales y de trabajadores—, transcurrió en relativa calma. Cada nueva manifestación o marcha pacífica que acompañe un sincero esfuerzo de las autoridades de escuchar los pedidos, consitituye un avance. Hasta se podría pensar que, a este paso, superaremos el trauma que dejó el caos y la violencia de octubre de 2019.

Vale ser optimista con respecto al orden y la estabilidad. El gobierno del presidente Guillermo Lasso ha mostrado, hasta el momento, una genuina disposición a dialogar y negociar con sus opositores. Además, con los efectos de la pandemia a cuestas la ciudadanía está consciente de que la salida a la crisis se construye con trabajo y perseverancia.

Es cierto que la protesta es un recurso legítimo, constitucional y necesario. Un Estado de derecho no puede prosperar si toda movilización degenera en la aplicación de la fuerza por parte de las autoridades, pero tampoco si éstas estigmatizan o criminalizan a toda protesta. Cuando los pedidos de las minorías son ignorados u opacados por la infinidad de tareas que saturan la agenda del gobernante, alzar la voz —sin violencia— puede ser la única manera de obtener justa atención. Nadie debe creer que, en nombre de la paz, se puede construir un orden con base en el silencio. Una democracia sana siempre es, y debe ser, bulliciosa.

FRASES DEL DÍA

«No se puede crear nada fuera de nosotros sin antes haberlo creado en nosotros.”

Victoria Ocampo, escritora argentina (1890-1979), escritora argentina

«La soberanía no se obtiene, sino que se toma.”

Mustafa Kemal Atatürk (1881-1938), expresidente de Turquía