Los dos corazones volvieron a latir en el Atahualpa

Respaldo. La afición del               Deportivo Quito volvió a llegar al estadio Olímpico Atahualpa.
Respaldo. La afición del Deportivo Quito volvió a llegar al estadio Olímpico Atahualpa.

Camisetas rojas, negras, azules, pero todas con algo en común: el escudo de Deportivo Quito. Las puertas, aún cerradas, se abarrotaban de gente, que esperaba con ansias ingresar al estadio Atahualpa. Para el partido contra Quito Corazón. Un grupo de hinchas, ingresaban con bombos y banderas para adornar la ‘prefe’. La fiesta se tomaba el escenario de El Batán.

Casi como ritual, él ‘Y dale Quito, dale’ y el papel picado encendieron la fiesta en la preferencia. Los bombos y cánticos acompañaron e inyectaron emoción a los hinchas que poco a poco pintaban de azul y rojo las gradas.

El inicio del partido tardó. La ansiedad se apoderaba de los niños, jóvenes y adultos que, con las manos entrelazadas como un rezo y una que otra lágrima, se santiguaron.Después de 11 meses, los hinchas ‘chullas’ volvieron al Olímpico Atahualpa.

El marcador permanecía 0-0, pero los bombos jamás dejaron de sonar. Cerca de finalizar el primer tiempo llegó el gol, toda la afición se unió en un grito unísono para festejar el tanto. Conocidos y desconocidos compartieron un abrazo. Los dos corazones volvieron a latir y las lágrimas de emoción por regresar a casa no faltaron.

El segundo tiempo inició y, como en una final, la hinchada cantó por segunda ocasión un gol, era inevitable no compartir la alegría. Una hinchada que jamás dejó de alentar a su equipo, que en más de una oportunidad se dejó llevar por el sentimentalismo y lo plasmaron con un cántico que retumbó en todo el estadio: “vamos a volver”.

En cada gol los jugadores se acercaban a la preferencia y festejaban con los hinchas, un símbolo de gratitud por acompañarlos y no dejar de alentar cada partido. Así como lo dijo César Pardo, la hinchada del Quito es un verdadero misterio de fe.

El presidente del club, Juan Manuel Aguirre, subió a un muro y como un grito de guerra dio la pauta para el tradicional ‘Y dale Quito, dale’. “Por el Deportivo Quito, vamos a volver carajo”, dijo y las cerca de 8.000 personas que acudieron a esta localidad entonaron en coro la barra.

Llegó el momento que nadie quería, terminó el partido con victoria del Deportivo Quito por 3-2, gracias a los goles de Jefferson de la Cruz, Luis Rivas y Marco Casquete, y como es costumbre, la hinchada llamó a sus jugadores, dedicó un canto y aplausos. El camino para Deportivo Quito es largo todavía pero no pierden la esperanza de algún momento volver al fútbol profesional. (MP)