La Plaza Roja se llena de más colores con la llegada de los hinchas

Moscú, Rusia, AFP, por Frédéric HAPPE

En el corazón de Moscú, a dos pasos del Kremlin y de la Plaza Roja, un gran reloj gigante va descontando el tiempo que falta para que llegue el primer partido de la competición. En los alrededores, los hinchas empiezan a elevar la fiebre mundialista en Rusia, a dos días del inicio del torneo.

Con cada segundo que baja en el reloj, la ‘futbolmanía‘ va en aumento y el número de aficionados es cada vez mayor, mezclándose sin problemas con la riada de gente que acude a ver los lugares más emblemáticos de la ciudad, entre ellos las cúpulas características de la catedral de San Basilio.

A los hinchas se les suele reconocer fácilmente entre la multitud: banderas anudadas al cuello, sombreros coloridos y llamativos y, evidentemente, la camiseta de su selección nacional.

La Plaza Roja está ahora con las instalaciones y los preparativos para el concierto de los tenores Plácido Domingo y Juan Diego Flórez este miércoles, pero en las calles vecinas comienzan a fluir aficionados de todo el mundo.

Se dejan notar ya aficionados por ejemplo de Perú, uno de los regresos al gran torneo, que se cruzan por la calle con unos jóvenes marroquíes que se fotografían con mujeres rusas, en un ambiente cordial y por ahora sin incidentes reseñables.

El fervor mundialista se traslada en ocasiones a los campamentos base y los centros de entrenamiento de los distintos equipos, que en su mayor parte han llegado ya a Rusia.

El entrenamiento de la Argentina de Messi el lunes, pese a ser a 55 kilómetros de Moscú, atrajo a varios centenares de espectadores y se convirtió para muchos en una caza del autógrafo de la gran estrella del Barcelona.

Para el de Brasil, en el calor de Sochi este martes, fueron 5.000 las personas que se reunieron en la grada del pequeño estadio Yug Sport.