Los ciudadanos de la clase media nos preguntamos quién mismo manda en el país. Si es el Fondo Monetario Internacional, que hizo aprobar al gobierno una ley de impuestos a los ingresos de los contribuyentes con la complicidad de una misérrima Asamblea que no la revisó siquiera, y entró en vigencia por ministerio de la ley, pese a que el presidente Lasso en su campaña ofreció bajar, mas no subir los impuestos. O la Corte Constitucional que reduce los estados de emergencia decretados por el gobierno, e impide que intervengan las Fuerzas Armadas en las cárceles en defensa de la seguridad ciudadana y se persigan los crímenes que ocasionan dentro y fuera de las mismas, las bandas de narcotraficantes. O el Comité de Operaciones de Emergencia Nacional que, lejos de proteger lo más primordial que es la vida de los alumnos, de primaria y secundaria, en contubernio con la ministra de Educación quieren que el cien por ciento de estudiantes vuelvan a clases desde el 7 de febrero próximo, sin exigir siquiera la vacunación contra el covid-19 y sus variantes tanto a los alumnos como a los maestros — como si el éxito de la ministra fuera lograr la apertura presencial total a clases, en medio de una pandemia que no se ha ido y está presente en todo lado—. Esta ministra no entiende que lo prioritario es la vida de los niños. El COE Nacional ha dispuesto la presencia de los educandos el cien por ciento a clases. En materia de salud pública tenemos entendido que es competencia exclusiva de la ministra de Salud y de la vicepresidencia de la República. Se conoce que el COE Nacional y la ministra de Educación han pasado circulares hasta a los establecimientos privados para que la apertura presencial sea el 100%, sin respetar protocolo alguno a partir de la fecha indicada. En resumen, ¿quién mismo manda en el país?
Gustavo Chiriboga Castro