El negocio de la salud

Al menos un hospital y una clínica privada en Quito exigen exorbitantes garantías para permitir a los pacientes ingresar y ser atendidos. Se cercioran de que tengan un seguro privado, sin que dentro del plazo de tres días que dicta la norma, hagan efectiva la ‘coordinación de beneficios’ con el IESS, es decir el pago del saldo, luego de agotado el casi siempre insuficiente y costoso seguro privado.

Por problemas de atraso en los pagos que hubo tiempo atrás, no se volvió a suscribir convenios con ciertos hospitales y clínicas privadas. Antes de irse, Presidente y ministro de Salud podrían ahorrarle el trámite al nuevo gobierno y suscribir un convenio con un tarifario solidario y justo para garantizar derecho a la salud y elevar la alicaída moral tras el colapso hospitalario, así como promover urgentemente la habilitación de la Clínica Pichincha en medio de tan sensible déficit de UCIs.

Diego Fabián Valdivieso Anda