Nuestra hermosa y otrora pacífica capital, adolece de muchos males, uno de ellos y no menos importante es el caótico tráfico vehicular que nos mantiene agobiados, cansados y malhumorados. Algo debería hacer el Municipio para tratar de solucionar este grave problema que acaba con la paciencia de los ecuatorianos y, especialmente, de los quiteños que, forzosamente, tienen que utilizar estas vías. Pues, aparte de las múltiples vías cerradas por trabajos de repavimentación, las ciclovías interrumpen el tráfico en forma, hasta cierto punto, desconsiderada pues, si tomamos en cuenta son muy pocos los ciclistas que hacen uso de ellas; el resto de deportistas conscientes, acuden tranquilamente, en forma loable y respetuosa, a los parques evitando invadir las calles y avenidas capitalinas; al menos si advertimos que, la mayoría de calles quiteñas son angostas y estos cortes (ciclovías) entorpecen y caotizan aún más el tráfico que, ya de por sí, resulta extremadamente pesado, molesto e insoportable.
No conformes con eso, las autoridades permiten la circulación en las calles de Quito y aledañas a marchas de toda índole, competencias motorizadas, marchas políticas, de protestas, llegada de artistas foráneos, etc. sin respetar, en lo más mínimo, la libre circulación de los sufridos conductores y pasajeros. Imaginen, compatriotas, la avalancha y el embrollo que se nos viene en vísperas de las campañas electorales si no se hace conciencia y se corrigen a tiempo estas graves anomalías.
Fabiola Carrera Alemán