Chile en busca de su tesoro energético

Los vientos patagónicos arrastran una enorme riqueza energética.
Los vientos patagónicos arrastran una enorme riqueza energética.

Por Daniela Estrada, colaboradora de IPS.
Chile es rico en recursos naturales con potencial energético, como el viento, la tierra, el mar y los ríos, el sol y la biomasa, pero sólo empezó a considerarlas en 2004, mientras importa 72 por ciento de la energía que consume.

En noviembre del 2006, el gobierno de Michelle Bachelet se puso el objetivo de cubrir el 15 por ciento de la generación de electricidad con energías renovables no convencionales para el 2010.

”Se puede cumplir el objetivo del gobierno. Vamos por el camino correcto, pero no con la intensidad que quisiéramos”, dijo Mario Manríquez, vicepresidente ejecutivo de la Asociación Chilena de Energías Renovables Alternativas.

El alto precio del petróleo y las restricciones a las importaciones de gas natural argentino desde 2004 obligaron a modificar dos veces la Ley General de Servicios Eléctricos.
Pero las trabas no se superaron con esas reformas. Por eso el gobierno trabaja en la aprobación de una nueva normativa, la ampliación de los instrumentos financieros de apoyo y el mejoramiento de la información del sector.

La principal apuesta es un proyecto de ley que establece que el ocho por ciento de la electricidad comercializada por los grandes generadores debe provenir de fuentes no convencionales. Se partiría de cinco por ciento en el 2010, creciendo 0,3 por ciento cada año hasta llegar a ocho por ciento en el 2024. Los infractores sólo pagarían una multa.

Semilleros de energía
Para Manríquez, la participación de fuentes limpias debe aumentar uno por ciento anual hasta llegar a 10 por ciento, lo que aún es bajo. Y, además de la multa, la disposición debería ser obligatoria.

La capacidad instalada de los cuatro sistemas eléctricos del país es de casi 12 mil megavatios, de los cuales apenas 2,6 por ciento del total corresponden a fuentes renovables no convencionales, principalmente biomasa (desechos agrícolas) ligada a la industria papelera, y generadoras hidroeléctricas de menos de 20 megavatios. La energía eólica aporta sólo dos megavatios.

Desde 2000 se han instalado paneles fotovoltaicos y pequeños generadores eólicos en viviendas aisladas, como parte del Programa de Electrificación Rural.

Proyectos e inversión
En 2005, la Corporación de Fomento a la Producción inauguró un concurso anual que financia hasta 50 por ciento de estudios de preinversión en fuentes alternativas y hasta dos por ciento del monto a invertir.

Luego de tres concursos y 4,5 millones de dólares desembolsados, hay una cartera de más de 100 proyectos, la mayoría hidráulicos y eólicos, que aportarían juntos unos 800 megavatios, pero cuya ejecución requiere mil 700 millones de dólares.

“El apoyo a la preinversión permite hacer una cartera de proyectos, pero no asegura que estos se concreten”, puesto que la banca los considera más riesgosos, señaló Sara Larraín, directora del Programa Chile Sustentable.

Potencia eólica
Varios estudios indican que el potencial eólico de Chile es de 10 mil megavatios. Pero el parque de Alto Baguales, que funciona desde 2001 generando dos megavatios, es el único conectado a una red eléctrica: la de la austral región de Aysén. A fines de este año entrará en operación el segundo, en la central región de Coquimbo.

Se trata de Canela, de propiedad de Endesa Eco, filial de la trasnacional española, con 11 aerogeneradores que producirán 18,15 megavatios a inyectar al Sistema Interconectado Central, que abastece a 93 por ciento de la población.