EL BESO DEL AZOTE CHINO

Por Ramiro Ruiz R.

El cuatro de febrero los ecuatorianos participamos en la consulta popular. El resultado se publicó oficialmente. No más reelección indefinida. Se terminó la impunidad a la crueldad contra los menores de edad. Los funcionarios públicos corruptos, también serán castigados con rigor y muerte civil.

Ganó el Si en las siete preguntas. No triunfó Alianza País, ni siquiera el presidente. Ganó el ecuatoriano. La consulta abrió la puerta a la democracia atrancada diez años con un caudillo autoritario, y por la horda de empleados que hasta ahora no se despegan de sus desempeños populistas.

Lo triste ha sido, hasta ahora, la tolerancia a la presencia del Consejo de Participación Ciudadana, institución mal copiada de algunos gobiernos especializados en la destrucción de economías de sociedades que han caído en las artimañas del Socialismo de siglo XXI.

¿Y ahora qué nos queda? La vida sigue igual. Los medios de comunicación investigan con firmeza el desastre que han causado los contratos dirigidos a amigos y consorcios internacionales, obligaos a entregar “el vuelto”. Estas coimas escandalosas fueron financiadas desde el Gobierno y los ministerios, naturalmente, con los famosos sobreprecios y reajustes.

¿Qué más tenemos? Monumentos espeluznantes en honor a la corrupción. Pirámides que inventó la cuadrilla de gobernantes. Ahí se levantan los monstruos hidroeléctricos que no producen ni una chispa de electricidad. Pero fue el motivo de alegría de los chinos que no brindaron ni una cucharada de chaulafán. Aunque si, cientos de millones que hasta ahora la fiscalía no sabe dónde guardaron los gerentes y presidentes del famoso ministerio. Besamos el azote chino, soportamos la decepción y el sentimiento de bobos.

Desde el cuatro febrero vivimos un carnaval prolongado en un país que sigue manoseando la democracia. Tenemos la situación más violenta de los últimos años. ¿Acaso no hemos visto y leído las noticias de atracos, violaciones y asesinatos, tráfico de drogas? (A propósito: ¿dónde guarda la policía las toneladas de droga que decomisa?; ¿qué hace?) ¿La corrupción se alimenta de condiciones infinitas de impunidad, y lo peor, es el acto más violento contra el país? Tanto es así que el diálogo propuesto por Moreno es una fantasía.

Seguimos conviviendo con una lamentable Ley Orgánica de Comunicación, condenada por todas las asociaciones de prensa internacionales. El presidente Moreno ha calmado el ambiente político y hasta hoy facilita la convivencia pacífica. Pero no es suficiente. Se suman los pobres. La economía es un fracaso y la esperanza puede transformarse en cólera.