¡Le limpio el parabrisas! Y la trilogía de la seguridad

Editorialista de La Hora Loja

Thalía Mieles Sarmiento

Lienzos que reflejan mendicidad, delincuencia, microtráfico, migración forzada, acoso callejero, intimidaciones o amenazas de un desconocido al costo de “una monedita” o “le limpio el parabrisas” sin importar edad o género, es uno de los grandes problemas que generan impactos negativos para la sociedad, afectando el libre tránsito y seguridad ciudadana.

La inseguridad en espacios urbanos tiene resultados negativos sobre la estabilidad, el desarrollo social, económico y sustentable de las ciudades, se refleja en la calidad de vida de sus habitantes. Cada vez aumenta la privatización de las calles, donde el desamparado y la necesidad se apropian de espacios públicos que deberían ser el cosmos de un encuentro ciudadano, libre y espontáneo.

Cuando menciono a una trilogía de la seguridad, me refiero al mecanismo de participación de gobierno, institución policial y de toda una comunidad, que pretenden la mejora de estrategias, el acercamiento de autoridades y ciudadanos, para así en conjunto coadyuvar con recursos en pro de fortalecer la contienda a la inseguridad y la violencia en distintas jurisdicciones.

Al ser un bien jurídico protegido y una de las Políticas de Estado a largo plazo, la seguridad ciudadana busca consolidar y modernizar los mecanismos necesarios para garantizar los derechos humanos; todos queremos transitar por las calles de una ciudad libre de violencia y criminalidad, donde exista descenso de los niveles de delincuencia, se fortalezca la protección a víctimas y sobre todo se repare la calidad de vida de toda una población.

Como autoridades, al plantearse acciones de reparación contra este desafío social, deben empezar por el control del dominio de la vida urbana donde el lienzo del hampa y la indigencia no se hayan penetrado inmutablemente dejando sus efectos devastadores.

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