Toda una vida vendiendo helados en Ibarra

FOTO. PERSONAJE. El Parque Pedro Moncayo es un sitio ideal para disfrutar de deliciosos helados de Don Alfonso López.
FOTO. PERSONAJE. El Parque Pedro Moncayo es un sitio ideal para disfrutar de deliciosos helados de Don Alfonso López.

Ibarra

El Parque Pedro Moncayo tiene figuras únicas, que dan un colorido y vida especial a la historia de la ciudad. Una de ellas es la presencia tradicional del heladero Luis Alfonso López Miño, de 78 años de edad. Él es un trabajador que se gana la vida vendiendo sus aperitivos fríos, para el disfrute de los turistas o visitantes, sobre todo los niños.

Nacido en Huaca, provincia del Carchi, López hace 52 años empezó en la venta de este producto. Por el año 1965 decidió dejar su pueblo y emigrar hacia Ibarra, donde comenzó su emprendimiento. “Vendía helados en un cajón al hombro”, dice sonriente, sentado en una banca del parque.

Historias

En esos primeros años, el señor con el cabello níveo por los años transcurridos, cuenta que solo había 10 heladeros en la ciudad. Eran un gremio pequeño que recorría las distintas zonas de la ciudad para ofertar su mercancía. “Yo me enseñé a dar la vuelta en el Parque Pedro Moncayo, porque aquí sí se vendía”.

Para salir a ofertar los helados, la decena de comerciantes usaban el mandil y gorro blanco. Esta vestimenta hizo que su figura sea más constante y especial, en el parque. Los niños que salían de clases iban a buscarlo, todos querían saborear los deliciosos helados de palo que preparaba en casa. Tenía de distintos sabores, como mora, naranjilla, coco o tomate.

“Antes costaban dos reales los helados y se vendía más. No había tanto negociante como ahora y con el tiempo fue subiendo el precio”, agrega.

Cambio de época

Con los años, López dejó de preparar los helados y se pasó a la fábrica Eskimo. En esta empresa no preparaba los helados, sino que vendía los que le enviaba la empresa. Y, un tiempo después, cambió al fabricante Jotaerre, donde hacía lo mismo.

Actualmente, el heladero tradicional del Parque Pedro Moncayo está en Pingüino. Tiene una carreta pequeña que él mismo la pintó para trabajar cuanto antes. El coche tiene el espacio necesario para guardar los dulces fríos necesarios para la venta cotidiana.

“Todos los días salgo a trabajar, desde las 10:00 hasta las 16:30. Y seis, siete u ocho dólares se vende en los días buenos, que serían unos 15 helados.”, dice mientras mueve la carreta por el centro del parque. Hasta que un niño se le acerca y le pide un sánduche. Él saca el helado de su carreta y se le entrega. Ambos sonríen en esa postal eterna de la ciudad. (PTEG)

TOME NOTA

Nació en Huaca, provincia del Carchi, Alfonso López hace 52 años empezó en la venta de este producto.

DATO

En la década del 60, los heladeros que trabajaban en Ibarra solían utilizar un mandil y un gorro blanco.