Anticorrupción

Rodrigo Santillán Peralbo

Es una lucha desigual entre millones de honestos y muchos corruptos que, gracias a la lentitud de la justicia, malos fiscales y peores jueces, gozan de bárbara impunidad. El pueblo se espanta al enterarse de tanto atraco a los fondos que le pertenecen, pero, desunido, calla en espera de que quizás, otros den la cara y luchen para rescatar la dignidad nacional, decoro, honradez y ética. Julio César Trujillo, político por vocación, incansable luchador, un referente para restituir la ética, ha caído víctima del odio de unos cuantos que lo habían agredido.

Las organizaciones sociales y el Frente Unitario de Trabajadores -FUT- ante la inoperancia oficial de la lucha contra la corrupción, nominó a Julio César Trujillo, Isabel Robalino, María de Lourdes Arboleda, Byron Celi, Simón Espinosa, Germán Rodas, Ramiro Román, Juan Fernando Vega y Jorge Rodríguez para que integren la Comisión Nacional Anticorrupción que, de inmediato, designaron a Julio César Trujillo para que la presidiera. Sin recursos económicos, sin respaldo de la Fiscalía General o Consejo de la Judicatura, Corte de Justicia, decidieron enfrentar a los delincuentes de “cuello blanco” y presentaron denuncias de corrupción ante la Fiscalía.

Los denunciados, siempre se declararon inocentes, o mejor aún, perseguidos políticos. Luchar contra la corrupción es una tarea ardua y sacrificada. Julio César Trujillo, a pesar de su avanzada edad no escatimó esfuerzo, ni tiempo, ni sacrificio para cumplir con su labor, lo mismo Isabel Robalino, Simón Espinoza y todos los integrantes de la CNA. Mujeres y hombres pulcros se han convertido en ejemplo de ética y dignidad. Con igual pasión y fecundo trabajo cumplió con honor la Presidencia del Cpccs-t y en esa tarea ha sido vejado por personas sin conciencia moral.

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