DAVID ALMEIDA GARCÍA
Muchos cineastas dicen que el éxito de una gran película está en el guión, otros en el montaje. Para Jean-Jacques Annaud (Juvisy-sur-Orge, 1943) son ambas, pero con ‘El oso’ (‘L’ours’), el cineasta galo le puso más empeño y paciencia al montaje y eso se nota en esta película que ayer cumplió 30 años de su estreno en Francia.
Este largometraje de 93 minutos, que tuvo mejor éxito en Europa que Estados Unidos y toda América, es considerado como el filme más hermoso y familiar que se haya hecho sobre la naturaleza. Y sí, los protagonistas son dos osos, uno adulto y otro cachorro, quienes son perseguidos por cazadores humanos, los cuales ligeramente tienen una importante participación en la historia.
Annaud estuvo acompañado de Philippe Rousselot en la fotografía y de Philippe Sarde en la música. El guion fue escrito por Gérard Brach. Juntos hicieron una obra redonda cuya descripción de la naturaleza es sublime y en la que participaron, mínimamente, los actores Jack Wallace, Tchéky Karyo y André Lacombe.
Una historia de orfandad
‘El oso’ es una adaptación de la novela ‘The Grizzly King’, de James Oliver Curwood, y nos relata la historia de una osa que intenta alcanzar un panal de miel, pero muere aplastada por un alud, dejando huérfano y desamparado al osezno Youk, que se ve obligado a sobrevivir en un medio muy hostil.
Afortunadamente, Youk se encuentra con Kaar, un oso kodiak adulto que decide adoptarlo y protegerlo. De todos los peligros que los amenazan (además de la persecución del puma), el peor son los tramperos. Uno de ellos mantiene varios enfrentamientos con el gran mamífero y cazarlo es una cuestión de orgullo personal.
A Annaud le gusta hacer películas a lo grande o, como él las define, “proyectos descabellados”. Hiperactivo e infatigable, el cineasta tardó tres años en hacer esta película sobre la belleza de la naturaleza y la intromisión de los humanos. La interacción entre las distintas especies en la montaña está plasmada con brillantez. Tener a un puma, un ciervo, una rana, un hurón… en un cuadro debe poner histérico a más de uno. Y se lo consiguió y todo quedó mejor gracias al montaje. Claro que el drama estuvo tras lás cámaras.
Una fábula
Yo, como muchos de mis amigos, vimos esta película cuando éramos niños y a todos nos encantó. Es cine familiar y los actores son fauna de verdad, que nos muestran su talento al servicio de la historia, la que tiene grandes mensajes, como el derecho de todos a la vida y, sobre todo, que el humano depredador sucumbe ante la grandeza y la bondad del animal.