Nada sucede por accidente

Se calientan los motores para las elecciones seccionales. Quiénes son los buenos y los malos es el problema que afronta la población votante. Lo disparatado y desconcertante en el mundo caótico e inestable que heredó el Gobierno, y sus brazadas para llegar a puerto seguro, no contribuye a desterrar la idea de que todo parece posible, incluso lo peor. Un sentimiento de la izquierda y la derecha definidas, así como los que están en el medio.

Muchos ciudadanos consideran que hay algo se nos oculta deliberadamente. Lo cierto es que le herencia no la recibió solo el Gobierno, sino también toda la sociedad. Ningún sector, por opulento que sea, quedó o quedará fuera del pastel de la mesa servida. Son muchos los complots reales que se van develando y no pocos los que se sospechan, aún no han denunciado ni judicializados.

El hábito de ver en todo alguna conspiración, ha sembrado en ciertos sectores de la opinión pública el principio de que, en Ecuador, nada sucede por accidente. El barrido de cuadros correístas en puntos estratégicos hasta simples funcionarios que fueron parte de sus compromisos políticos, se evidenciará en tres meses cuando se complete la fusión y reducción de ministerios.

No nos satisfacen las explicaciones fáciles, globales y, sobre todo, intencionales de nuestra realidad política. La incertidumbre también proviene de la tardanza en tomar decisiones políticas y, fundamentalmente, económicas. El presidente Lenín Moreno, por añadidura, tuvo que emprender una “limpieza” de las “minas” que su antecesor le dejó sembradas en el aparato del Estado.


Si una cosa te falla, prueba con otra. Siempre hay una salida”. Diane Setterfield Escritora inglesa (1964)

Olvídate de los pronósticos, siempre fallan. Olvídate de las expectativas, porque defraudan”. Francesc Miralles Escritor español (1968)