Hay que abrir un camino diferente

La crisis económica, social y política, el estrecho callejón por el que condujo el correísmo al país, al cumplirse un año del régimen del presidente Lenín Moreno se avizora algo de luz en medio de tantas sombras. El rediseño del gabinete ministerial, si se hace con sensatez, podría aligerar la pesada herencia de ideologización extrema e ineficiente recibida del gobierno anterior.

Por lo pronto, no existen excusas para seguir reduciendo la operatividad gubernamental por el ‘encuadre’ que legara la revolución ciudadana de la ‘década perdida’ y los desafueros y exabruptos de su cabecilla. Se necesita un gobierno de real y efectiva unidad nacional, según lo dicen a gritos los hechos registrados hasta ahora.

Desgraciadamente más allá de los argumentos de fondo existe la pugna por unos sillones que, si actúan en bien del país, deben limitarse. El exceso de ministerios y ‘paraministerios’ no mengua y la recaudación fiscal, hasta ahora, no da para tanto. Se requieren especialistas, con formación sólida y sentido práctico, para hacer que el Estado ecuatoriano se aligere y madure en eficacia. Hay que ligar el ‘debe ser’ con el del ‘ser’, de una vez por todas y sin miedo.

La presidencia de unos pocos meses de Don Clemente Yerovi en el siglo pasado podría tomarse como modelo a seguir. Sus biógrafos recuerdan que gobernó con independencia de los partidos y formó un gabinete de concentración nacional. ¿Acaso no será la vía de salida para la crisis en la que estamos inmersos? Ese modelo nos sacaría de la incertidumbre y abriría un camino diferente: el de la certidumbre.


El orgullo detesta el orgullo en los demás”.Benjamin Franklin. Político e inventor estadounidense (1706-1790)
Habría una manera de resolver todos los problemas económicos: colocarle impuestos elevados a la vanidad”. Jacques Tati. Actor y director de cine francés (1908-1982)