Redacción QUITO
En la iglesia de San Lorenzo, en el centro de este cantón de Esmeraldas, permanecen 21 familias desde ayer.
Son los damnificados de la explosión suscitada a la madrugada del sábado en el destacamento de la policía.
Entre ellos hay 30 niños de entre 0 y 12 años de edad y 2 adultos mayores que permanecen en unas colchonetas.
En total son 80 personas que lo perdieron todo, no han podido siquiera cambiarse de ropa, aunque no se quejan de la alimentación que reciben.
Sandra Vernaza, de 58 años, es una de ellas. «Nos quedamos sin nada. No logramos dormir de la preocupación», manifestó.
Los niños, en cambio, corretean por el lugar, y quienes se encargan de atenderlos tratan de que ellos olviden lo ocurrido con actividades lúdicas como la pintura.
La secretaria de Riesgos, Alexandra Ocles, manifestó que 14 viviendas tienen un colapso total, aunque el alcalde sostiene que son 37.
Las cifras de damnificados no terminan de cuadrar, mientras el sitio donde se registró la explosión sigue acordonado.
En el lugar permanecen las latas retorcidas de vehículos y otros artefactos, vidrios regados, enceres de viviendas regados y gente que pide les permitan recuperar lo poco que les quedó tras la explosión.
Otras 50 personas, en vez de ir al albergue, han decidido ir a casas de acogida o de sus parientes. (RVD)
En San Lorenzo, #Esmeraldas, los moradores difícilmente olvidarán el coche bomba que explotó en este lugar el sábado pasado. Hay 21 familias damnificadas/ @lahoraecuador pic.twitter.com/aqObYNcGqF
— Roger Vélez (@rgrvelez) 28 de enero de 2018