AUTOR: Andrés Pachano
En el gobierno que hace siete meses feneció, fue práctica inveterada el denuesto con adjetivos hirientes; hoy muchas de esas adjetivaciones perversas se devuelven inmisericordes en contra de quien las patentaron.
“…Cuanta doble moral…” fue frase recurrente y preferida, dicha con agria socarronería por quien ejerció la Presidencia de la República y repetida incansablemente por áulicos pretendientes de notoriedad pública.
Han recurrido, los economistas Correa y Patiño, a la Organización de Estados Americanos en contra del gobierno ecuatoriano con una demanda bajo el epígrafe de “Alteración al orden constitucional que afecta gravemente el orden democrático, y del estado de derecho”, demanda motivada por la convocatoria de la actual Presidencia de la República a consulta popular la que, entre otras preguntas al pueblo -de ser favorable- llevaría a una reestructuración del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social y también posibilitaría el retorno al “…espíritu de Montecristi…” (así lo califican desde el gobierno) con la enmienda constitucional que dejaría sin efecto la reelección indefinida “aprobada mediante enmienda” por la Asamblea Nacional.
Es ¿“alteración al orden constitucional” consultar al pueblo, al mandante, el retorno a una Constitución pisoteada por una “enmienda” adoptada al apuro bajo síndrome áulico?; ¿es “afectar gravemente el orden democrático” el consultar si se debe o no reorganizar uno de los poderes del Estado?
Y recurren con esa demanda ante un organismo del que ellos mismo dijeron que “…la OEA no tiene sentido”. De su Secretario dijeron que “…Almagro hace rato está bastante desubicado…” y hacia él recurren en busca de ubicación. Cuando alguien acudió ante esta organización, con reclamo en contra del Gobierno anterior, dijeron de ellos que “…son vende patrias…”.
Y para completar, desde la Cancillería, antes de que la OEA opine sobre la demanda, en lugar de rechazar el contenido de ella, enfrenta la pelea con la OEA. ¿Error?, ¿miopía?, es que han salido favorecidos los demandantes. La señora canciller -antigua canciller de Correa- debe exigir una explicación a los autores de esa carta.
¡Hay… esos adjetivos!