El linfoma es un tipo de cáncer del sistema linfático, que es parte de la red del organismo que combate los gérmenes
El sistema linfático comprende los ganglios linfáticos, el bazo, el timo y la médula ósea. El linfoma puede afectar todas esas zonas, así como otros órganos del cuerpo.
Tipos de linfoma
Existen muchos tipos de linfoma, los cuales se destacan principales subtipos como: Linfoma de Hodgkin (antes conocido como «enfermedad de Hodgkin») y Linfoma no hodgkiniano. Ante la enfermedad del linfoma se requiere un tratamiento que puede comprender entre quimioterapia, medicamentos de inmunoterapia, radioterapia, un trasplante de médula ósea o alguna combinación de estos.
Causas
Los médicos no están seguros de las causas del linfoma pero comienza cuando un glóbulo blanco que combate enfermedades, llamado linfocito, sufre una mutación genética. La mutación le dice a la célula que se multiplique rápidamente, y se crean muchos linfocitos enfermos que continúan multiplicándose. La mutación también permite que las células sigan viviendo cuando otras células normales morirían. Esto produce demasiados linfocitos enfermos e ineficaces en los ganglios linfáticos y hace que los ganglios linfáticos, el bazo y el hígado se hinchen.
Factores de riesgo
Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer linfoma se incluyen los siguientes: La edad, algunos tipos de linfoma son más frecuentes en adultos jóvenes, mientras que otros se diagnostican con mayor frecuencia en personas mayores de 55 años. Ser hombre: los hombres tienen un poco más de probabilidades de desarrollar linfoma que las mujeres.
Tener un sistema inmunitario afectado, el linfoma es más frecuente en personas con enfermedades del sistema inmunitario o que toman medicamentos que inhiben este sistema. Contraer determinadas infecciones, algunas infecciones se asocian con un riesgo mayor de padecer linfoma, como el virus de Epstein-Barr y la infección por Helicobacter pylori.
Recuadro
Síntomas
Los signos y síntomas del linfoma pueden incluir:
Hinchazón indolora de los ganglios linfáticos en el cuello, las axilas o la ingle
Fatiga persistente
Fiebre
Sudores nocturnos
Dificultad para respirar
Pérdida de peso sin causa aparente
Picazón en la piel