La más grande zona que alberga rica cantidad de flora y fauna, a más de generar vida, sustento y protección a todas las especias que habitan en su interior, sin olvidarnos de mencionar que es el gran pulmón del mundo, es la Amazonía de nuestra América Latina y, lo decimos así, porque, cubre los países de Brasil, Perú, Colombia, Guyana Francesa, Sarinan, Venezuela y, por supuesto, nuestro país Ecuador.
Al ser necesario crear organizaciones de protección porque, el ser humano en su ambición desmedida ha demostrado no importarle el respeto y cuidado a los bosques y selvas, haciendo de la exploración y explotación una forma de violentar a la naturaleza, se ha creado la Coordinadora de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica (Coica), que este pasado 14 de marzo cumplió sus 38 años de vida organizacional, realizando un evento internacional que se llevó a cabo en Ecuador, con el lema “Lucha y Resistencia, un llamado global urgente a proteger la Amazonía”; mientras que, en la ciudad del Puyo, ese mismo día, se realizaba una marcha, bajo la consigna de “Amazonía por la vida, no al extrativismo”, con el objetivo de proteger a este precioso espacio, por lo menos en su 80% para que se mantenga hasta el 2025 y asegurar su continuidad para las próximas generaciones. Pero, como ya lo expusimos, el pasado febrero se han construido dos plataformas petroleras en el corazón del Parque Nacional Yasuní, justamente, en nuestra Amazonía ecuatoriana, dejándonos en vergüenza ante la población mundial y, ante, los nueve países que integran la COICA; es más, una de las plataformas se ha levantado a 300 metros del área de amortiguamiento de la zona intangible del Parque, que sirve para proteger a los pueblos Tagaeri y Taeromenani que viven en aislamiento, es decir, sin contacto con la sociedad moderna.