¿Hacia dónde va Ibarra?

Cuando ha transcurrido más de un año de la posesión las autoridades locales, muchos ciudadanos dicen sentir decepción, que han perdido la fe en quienes fueron designados ediles, y mucho más de quien funge como primera autoridad del Gobierno Descentralizado de San Miguel de Ibarra. No hay lugar donde no se hable del incumplimiento de las ofertas de campaña y hasta dudan de la capacidad administrativa y de gestión de la señora Alcaldesa. Se critica la falta de idoneidad de sus colaboradores, muchos de los cuales han sido fugases. En cierto momento aparecieron episodios aflictivos que inculpaban posibles reciprocidades a dineros sospechosos gastados en su campaña y que tendrían ese dejo amargo propio de la inmoralidad.

La Alcaldesa llegó al sillón del municipio, cuestionada por supuestas inconsistencias electorales; empero, una vez en funciones, sus primeros ejercicios recuerdan viajes a diferentes latitudes nacionales, a Norteamérica y Europa, que le permitieron anunciar que encontró modelos de gestión aplicables a nuestra ciudad e idiosincrasia. Hubo un pedido inicial que demandaba de cien días para planificar y efectivizar su programa. Se declaró muchas veces la construcción del Mercado Amazonas, y del Mercado Mayorista en terrenos que traerían conflictos y que están en San Antonio de Ibarra.

Como contraparte a las vergonzosas acusaciones en contra de la Alcaldesa, se dijo que son prácticas de desprestigio originadas en la oposición, especialmente del movimiento que se creyó vencedor en las últimas elecciones, el mismo que había vaciado las arcas del gobierno local, situación que limitaba cumplir con la ciudad.

Actualmente, y en tiempo de pandemia, las quejas por culpas de la primera autoridad del cantón, llegan a las redes sociales argumentando causales constitucionales que articulan la destitución. El enojo de la gente se enardece cuando la propia autoridad propaga minucias: una alcaldesa sembrando árboles, agarrada una escoba, o acciones populistas que hacen la nombren reina del selfie. La enmienda seria sentarse a administrar, que rodeada de funcionarios expertos, cumpla con el buen destino que merece nuestra ciudad, por ahora abandonada.