La humanidad en toda su historia de barbarie avanzó algo en dignificar la vida de los más frágiles, como las personas con fallas en su sistema vital, manifiesta en aspectos físicos y sicológicos. Hay países muy adelantados en mejorar la vida de estas personas, sin embargo, aquí más es propaganda que acción realizada, lo que aflora es poco y malo, es necesario crear un proyecto técnico y ejecutarlo transparentemente.
La comunicación elemento vital para la sociedad, es más aún para personas con minusvalía que requieren técnicas especiales como: mensajes pictóricos, sensoriales y accesibilidad para poder interactuar, sin embargo, casi nada de esto se percibe en nuestras urbes, donde el quemeimportismo es la norma.
EFE publicó una nota sobre casos que ocurren a diario y son ignorados, esto fue explicado por quizá la única profesional en el tema, la arquitecta Sandra Esparza, ecuatoriana que se especializó en España y tiene varios postgrados. Mejorar la situación implica que expertos enterados deban estar al frente de este tipo de proyectos.
La arquitecta Esparza tiene una visión clara del problema y ha comentado que hay mucho por hacerse, especialmente en poblaciones pequeñas y remotas, como también en las grandes urbes, es cuestión de entender cada situación y darle soluciones, por ejemplo mejorando el espacio público, adecuándolo con accesos para facilitar la circulación, ubicando avisos gráficos en todo lugar y especialmente dotando a las personas con deficiencias de elementos gráficos para que puedan expresarse y el resto de gente entenderlos oportunamente, hubo un caso reciente de un joven con autismo (dificultad de comunicarse) que se convirtió en víctima, que de tener recursos pictográficos a la mano quizá no habría ocurrido tan denigrante situación.