El Ecuador registra 150 mil desafiliaciones al IESS desde que se registró la pandemia.
En cada casa ecuatoriana hoy se vive una historia diferente. Al menos, uno de cada cinco ciudadanos, ha sido notificado de su desvinculación laboral a la empresa, pública o privada, a la cual pertenecía.
En estos momentos hay dolor, llanto, indignación y sobre todo incertidumbre de no saber cómo salir adelante en medio de esta crisis económica generada, en gran parte, por la pandemia mortal del coronavirus.
María Cristian R. es una de las tantas empleadas privadas que fue notificada de su despido, el pasado 28 de abril. Se lo informaron a través de correo electrónico donde le agradecían por su tiempo de servicio y le confirmaron que su despido estaba basado en el articulo 169, literal 6 del código del trabajo. Este permite a una empresa deje de funcionar por fuerza mayor.
María Cristina es madre soltera y tiene a tres menores bajo su cargo. Su exesposo está fuera del país y no cumple con el pago de las pensiones alimenticias porque alega no tener dinero.
Tras recibir su notificación, asegura que ha caído en depresión. Llevaba 10 años laborando para la empresa y ahora le notifican que su liquidación no supera los 3 mil dólares. Dinero que además, no será cancelado en su totalidad, sino por medio de un acuerdo de pago en donde le cancelarán 10 cuotas de 300.
Adiós a empleados del Gobierno.
Similar historia vive ‘Karina’, nombre protegido, quien hasta el martes se desempañaba como funcionaria de una entidad gubernamental dedicada a la ayuda social, con sede en Quevedo.
Su sorpresa fue tan grande porque, tras una cadena nacional del presidente Lenin Moreno, fue notificada de su despido intempestivo, sin mayores explicaciones. Solamente le dijeron que se acogían al artículo 169.
Desde aquel momento su mundo se vino abajo, ahora no sabe qué hacer porque reconoce que la crisis económica que se está pasando es muy difícil: “Antes era más sencillo, tu te quedabas sin trabajo y tenías más opciones de encontrarlo pero ahora es más complicado porque no hay plazas de empleos; además, salir a la calle significa que te puedas contagiar con coronavirus y eso es peor.
Ahora lo que más le preocupa es la terminación del contrato legal con su exempleador y dedicarse a pensar la manera en la que puede iniciar su propio negocio. En su Ministerio, fueron 13 personas despedidas.
Al igual que ellas, 150 mil ecuatorianos han sido desafiliados del IESS desde marzo hasta la fecha, sin contar con los ciudadanos que prestaban sus servicios bajo facturas para alguna empresa o entidad gubernamental o su vez privada.
La realidad actual
Leonardo Jiménez, director provincial de Unidad Popular 2, considera que el presidente Lenin Moreno y la Asamblea Nacional, está descargando la crisis, a través de decretos y leyes, que perjudica a los trabajadores y pueblo; mientras que, los grandes grupos económicos no aportan ni un solo centavo.
“En resumen estamos ante un paquetazo neoliberal, ya que hay una reducción de sueldos y salarios en el sector privado, así como también en el sector público en donde bajo, una aparente reducción de la jornada laboral, también se reducen los sueldos, así habrá más despidos, por lo menos se anuncia 13 mil ciudadanos sin empleo en lo que va de esta crisis”, alega Jiménez.
Menciona que, como si fuera poco se está aplicando la liberalización del precio de los combustibles, “es decir eliminaron los subsidios, bajo el argumento que ha disminuido el precio del petróleo”, pero es enfático al decir que, ese precio irá variando según el precio del barril de petróleo y entonces sin duda las productos, y los alimentos subirán de precio.
Habrá un caos
El economista, Paúl Puente, considera que los días se vendrán más complicados debido a la reducción de horas laborales que además significa reducción de ingresos económicos.
“La canasta básica en estos momentos está en 728 dólares con 38 centavos, de acuerdo con el INEC; mientras que, el sueldo básico se encuentra por 400. A ese valor le restamos el porcentaje que se le quiere quitar por la reducción laboral y créame que habrá un caos total”, señala.
Las canastas analíticas están constituidas por alrededor de 75 productos de los 359 que conforman la canasta de artículos (bienes y servicios), del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Se refieren a un hogar tipo de 4 miembros, con 1,60 perceptores (personas que trabajan) que ganan exclusivamente la remuneración básica unificada.
Para Jackson Artiaga, quien es electromecánico del cantón Babahoyo, la situación económica por la que pasa el país es muy difícil y complicada.
Es así que, pese a todos los riesgos de contagio de Covid-19, se armó de valor y salió a trabajar en su taller desde hace dos semanas ya que estuvo confinado desde el pasado mes de marzo, cuando inició la pandemia. “Mis ahorros se fueron desvaneciendo por lo que salí a luchar”, contó con un nudo en la garganta mientras realizaba sus labores.
Por ahora, cada ciudadano ha decidido buscar las mejores formas para salir a ganarse el pan del día con la tristeza en los hombros para así paliar el hambre de los suyos, pese a que la enfermedad se campea en las ciudades y los despidos labores son en el pan del día. (MZA)