El gobierno de Obama, obligado a revisar sus planes en Afganistán

Washington, Estados Unidos | AFP |

Ocupación de Kunduz por los talibanes, catastrófico error contra un hospital de MSF, accidente de un avión militar: a pesar del fin oficial de las operaciones de combate hace 10 meses la guerra en Afganistán parece no haber terminado para el gobierno de Barack Obama.

La semana pasada trajo un montón de trágicas noticias para un gobierno que había hecho del fin de la guerra en ese país asiático uno de sus principales objetivos.

Las fuerzas estadounidenses, cuyo papel actual se limita en teoría a dar asesoramiento y asistencia al ejército afgano, siguen estando frecuentemente en situación de combate.

Con los riesgos que eso implica, sobre todo de pérdidas humanas: errores como el de Kunduz, donde un avión estadounidense bombardeó un hospital de Médicos Sin Fronteras (MSF) y dejó 22 personas muertas; o el de Jalalabad, donde se estrelló un avión de transporte militar cobrándose la vida de 11 más.

«Para ser claro, la decisión de realizar un ataque aéreo era una decisión estadounidense, tomada por la cadena de mando estadounidense», admitió el martes el general John Campbell, comandante de la misión de la OTAN en Afganistán, refiriéndose al ataque realizado «por error» por sus fuerzas en Kunduz a solicitud de los afganos.