Terrores nocturnos en niños, qué son y cómo enfrentarlos

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Detalles. Los niños que tienen terrores nocturnos no los recuerdan al despertar.

Consolar a un hijo en medio de la noche por una pesadilla es algo por lo que la mayoría de los padres han pasado.

Incluso han recibido en su cama a su pequeño para que pueda volver a dormir y lo haga con tranquilidad.

Sin embargo, hay momentos en los que las pesadillas dejan de ser sueños simples y se convierten en algo más, terror  nocturno, lo que genera preocupación en los padres, quienes en muchas ocasiones se han visto en la necesidad de buscar ayuda para evitar que sus hijos pasen por este mal.

Al igual que las pesadillas los terrores nocturnos son una interrupción del sueño y aunque pueden resultar alarmantes para los padres, no suelen ser una causa de preocupación ni una señal de un problema médico más serio.

Algunos signos y síntomas

Es posible que el niño:

  • Se siente repentinamente en la cama y grite con angustia.
  • Respire más rápidamente y tenga una frecuencia cardíaca más elevada.
  • Esté sudando en exceso.
  • Mueva las piernas.
  • Se vea asustado o alterado.

Después de unos minutos, o un poco más, el niño se calma y se vuelve a dormir.

Los expertos señalan que a diferencia de las pesadillas, que los niños suelen recordar, los niños no recuerdan el terror nocturno al día siguiente porque estaban en un sueño profundo cuando ocurrió y no hay imágenes mentales para recordar.

Causas

Son provocados por una sobrexitación del sistema nervioso central durante el sueño.

Los terrores nocturnos no son un sueño sino una reacción repentina de temor que ocurre durante la transición de una fase del sueño a otra.

Suelen ocurrir entre dos o tres horas después de que el niño se duerme, cuando el sueño pasa de la fase más profunda a la fase más superficial.

Por lo general, esta transición ocurre sin problemas. Pero en algunos casos, los niños se alarman y se asustan, y esta reacción de miedo es un terror nocturno.

Son más propensos

Ocurren en niños con las siguientes características:

  • Están excesivamente cansados o estresados.
  • Toman un nuevo medicamento.
  • Duermen en un nuevo ambiente o lejos de su hogar.
  • No duermen lo suficiente.
  • Consumen demasiada cafeína.

Los terrores nocturnos son relativamente poco frecuentes y ocurren en solo del 3% al 6% de los niños, suelen ocurrir en niños de entre 4 y 12 años, pero se han visto también en niños de solo 18 meses. Parecen ser un poco más comunes entre los varones.

Qué hacer como padres

La mejor manera de manejar un terror nocturno es esperar con paciencia y asegurarse de que su hijo no se lastime si se mueve. Los niños suelen calmarse y volver a dormir solos en unos minutos.

Es conveniente no intentar despertar a los niños durante un terror nocturno. Esto no suele funcionar y los niños que se despiertan probablemente estén desorientados y confundidos, y les lleva más tiempo calmarse y volver a dormirse.

  • Hay que reducir el estrés de su hijo.
  • Crear una rutina a la hora de acostarse para dormir que sea sencilla y relajante.
  • Asegurarse de que su hijo descanse lo suficiente.
  • Ayudar a su hijo a no estar excesivamente cansado.
  • No permitir que su hijo se quede despierto hasta muy tarde.

Sin embargo, si los terrores nocturnos son reiterados, hable con su médico para saber si es necesario acudir a un especialista.