¿Es enriquecedora esa ‘cultura’?

Algo no va por buen camino. En casi ningún espacio público, incluidos medios de transporte, escuelas, clínicas y hospitales, restaurantes, centros de trabajo, plazas y parques deja de estar un celular en manos de personas de todas las edades, en particular de niños y adolescentes. Los “jóvenes millenialls” en particular, no conocen otra forma de acceder y entender la cultura.

Visitar una biblioteca en procura de un libro, una revista o un diario no está en los planes de la mayoría de la población. En la familia es el “personaje” (aparte de laptops o ‘tablets’), al que mayor atención se le presta, echando a un lado, la conversación y el intercambio verbal de experiencias. Un drama del cual ni el Estado ni la sociedad toman conciencia y no actúan con determinación.

Navegar por la Internet, estar en Facebook, Instagram o dialogar en Twitter y poseer un ‘blog’, un ‘podcast’ o dedicar horas y días al último videojuego del mercado, tiene más poder en niños y jóvenes que meterse en las páginas de alguna novela. En ese “otro mundo” están los reales, influyentes y más peligrosos entresijos del poder global.

¿Es esto enriquecedor? ¿Nos hace espiritualmente mejores? Nuestra historia y nuestra cultura (sin comillas) no tienen el lugar que debieran en este escenario. Los sistemas educativos deben entender el problema y transformarse según esta realidad. También la familia y el Estado. ¿Qué pasará con nuestra literatura, con el arte o el cine? No hay fórmulas infalibles al respecto, pero hay que ensayarlas.


La necedad es la madre de todos los males”. Cicerón. Escritor, orador y político romano (106 AC-43 AC)No hay cosa más difícil, bien mirado, que conocer a un necio si es callado”. Alonso de Ercilla y Zúñiga . Escritor español (1533-1594)