Los puestos con ropa usada, zapatos, herramientas, entre otros artículos se instalan en más de tres cuadras de la calle Cuenca en el centro de Ambato.
Ropa, zapatos, herramientas, entre otros artículos se pueden encontrar en la feria de cosas usadas que se realiza en la calle Cuenca, centro de Ambato, todos los lunes y viernes.
Los moradores del sector, entre otras personas que visitan la zona, bautizaron este espacio popular como el ‘mall del piso’ por la gran variedad de cosas que se exhiben en la vereda o colgadas en las fachadas de las casas.
La mayoría de comerciantes que acuden desde temprano para armar sus puestos son adultos mayores, quienes desarrollan esta actividad por más de 20 años.
Historias
María Chileno es una de las comerciantes de la feria de artículos usados, ella se ubica entre las calles Cuenca y Fernández con zapatos, camisas, maletas, capuchas, entre otras prendas.
La mujer cuenta que se pueden encontrar artículos en buen estado valorados en uno y hasta cinco dólares.
“Decidí dedicarme a esto desde que me quedé sin empleo, yo trabajé en labores de limpieza por mucho tiempo”, contó.
Asimismo, María dijo que lleva 15 años dedicándose a la venta de cosas usadas y que durante esos años presenció la evolución de la feria y el incremento de vendedores en el sector.
En el sector hay prendas que se venden desde uno hasta cinco dólares.
Cuando llega una prenda con algún desperfecto son ellas mismas las que reparan el daño; cosen botones y cambian cierres antes de venderla a sus clientes, en su mayoría personas de parroquias rurales de Ambato entre otras provincias aledañas.
María Naranjo, otras de las comerciantes, contó que lleva 45 años dedicándose a esta actividad con la cual ha podido mantener a su familia.
“La feria ha crecido bastante, mucha gente llega a comprar y se van contentos con zapatos usados, pero en buen estado”, aseguró.
Compradores
Alexander Mendiola, extranjero, dijo que acude a esta feria a buscar ropa, ya que por sus escasos recursos económicos no puede acceder a otro tipo de prendas.
“Con 10 dólares me llevo una camisa y un par de zapatos”, contó el joven de 27 años que llegó desde Perú hace cinco meses y que actualmente sobrevive vendiendo caramelos en los buses.
“No tenemos para darnos el lujo de ropa nueva, aquí en el mall del piso las vecinas nos colaboran”, mencionó.
Jacinto Alomalilsa, oriundo de Pujilí, dijo que cada dos semanas acude a la plaza Primero de Mayo y aprovecha para pasar por la calle Cuenca comprando alguna herramienta que le haga falta.
“Siempre voy llevando cualquier cosa, más que todo porque es barato”, aseguró. (RMC)