Los niños indígenas de Tungurahua están entre los más afectados por la desnutrición crónica infantil, según la Encuesta Nacional sobre Desnutrición Infantil.
Las cifras de la Encuesta Nacional sobre Desnutrición Infantil desarrollada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) ubican a la población indígena de Tungurahua como la tercera más afectada por la desnutrición crónica infantil en menores de 2 años.
Los datos se obtuvieron mediante una muestra a nivel nacional que se recolectó durante 12 meses y en la que participaron expertos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el Banco Mundial, la Organización Panamericana de la Salud y el Banco Interamericano de Desarrollo.
33,4% es la Media nacional de desnutrición infantil.
El sondeo para medir la desnutrición crónica infantil comenzó el 15 de julio de 2022 y terminó en julio de 2023. La metodología usada y sus principales resultados fueron socializados en septiembre de este año.
La desnutrición crónica infantil afecta al 27,2% de los niños menores de 2 años en Ecuador. Esta problemática repercute en la productividad del país y tiene un impacto a lo largo de la vida de las personas.
Tungurahua
El mayor porcentaje de desnutrición en menores de 2 años se presenta en la población indígena de tres provincias; en primer lugar está Loja con el 52,4%, en segundo Bolívar con el 51% y en tercer lugar Tungurahua con el 48,7%.
Rosa Sailema es una mujer indígena de 24 años que acude a la feria que se realiza en Cevallos todos los jueves para vender productos agrícolas, en su espalda carga a su hijo de apenas un año seis meses.
Ella cuenta que debe llevarlo a la plaza porque en casa no hay nadie que lo cuide, pues su esposo, quien se dedica a trabajos de albañilería, también sale temprano a trabajar.
La desnutrición crónica infantil afecta al 27,2% de los niños menores de 2 años en Ecuador.
La mujer asegura que muchas veces no come tres veces al día por realizar sus labores. Sin embargo, siempre está pendiente de su pequeño y trata de darle, al menos, un agua aromática.
Rosa dice que está consciente que su hijo no se alimenta correctamente, además, contó que por este inconveniente ya tuvo problemas de salud de los que se está recuperando.
En Ambato está Luisa Malusín, comerciante informal que recorre las calles del centro junto con su hija.
La mujer oriunda de Chibuleo contó que por sus escasos recursos económicos suelen alimentarse con papas y arroz, pocas veces pueden comprar huevos, carne u otra proteína.
“Lo que gano vendiendo en la calle alcanza con lo justo para mantener a mis otros dos hijos, muchas veces no comemos tres veces al día”, dijo.
Problemas
Según información de la Unicef, un niño con desnutrición crónica puede tener problemas de aprendizaje en la edad escolar, sobrepeso, obesidad y enfermedades no transmisibles como hipertensión o diabetes en la vida adulta.
Un niño con desnutrición crónica tiene una talla inferior a la estándar para su edad, por ejemplo, puede tener 4 años, pero parecer de 2.
Si bien la falta de alimentos adecuados y suficientes para la edad de un niño es uno de los determinantes, existen otras causas, como el agua y el saneamiento, las condiciones de la vivienda y, sobre todo, los controles de salud durante los primeros 1.000 días de vida.
Si un niño consume agua contaminada puede provocarle diarrea o parasitosis. Estas enfermedades le impiden absorber los nutrientes.
Si la diarrea se presenta de forma reiterada en los primeros dos años de vida, un niño tiende a desarrollar desnutrición crónica o retraso en la talla.
Trabajo estatal
Para conocer el trabajo que realiza el Estado en Tungurahua para combatir la desnutrición, este medio de comunicación intentó agendar una entrevista con la coordinadora del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) desde el lunes 30 de octubre, sin embargo, y a pesar de tener una cita agendada para el miércoles 1 de noviembre, no se pudo conseguir declaraciones de la funcionaria. (RMC)