El 40% de mujeres viven en países con una discriminación social alta

Cerca de una de cada tres mujeres de entre 15 y 49 años afirman haber sufrido violencia por parte de una pareja al menos una vez en su vida.
Espacios. Cerca de una de cada tres mujeres de entre 15 y 49 años afirman haber sufrido violencia por parte de una pareja al menos una vez en su vida.

EFE .  Un 40% de mujeres y niñas residen en países donde la discriminación social es alta. Este dato se desprende de la nueva edición del Índice de Instituciones Sociales e Igualdad de Género (SIGI, en inglés), elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Según el Índice de Instituciones Sociales e Igualdad de Género 46 
países siguen sin criminalizar la violencia doméstica.

El Centro de Desarrollo de la OCDE destaca que el progreso y los desafíos no se distribuyen de manera uniforme. A pesar de que muchos países han implementado reformas legales para proteger los derechos de las mujeres y brindarles igualdad de oportunidades, persiste un desequilibrio en el cambio de las normas sociales.

“Prácticas como el matrimonio infantil de las niñas, la desigualdad en los trabajos domésticos y de cuidados no remunerados y la violencia por parte de la pareja han mejorado pero a un ritmo muy limitado”, según el estudio, presentado en Ruanda, en el marco de la Conferencia Women Deliver 2023 (WD2023).

2,6 veces más tiempo es el que le dedican las mujeres, que los hombres, al 
trabajo no remunerado en el hogar.

El SIGI, elaborado este año, con información sobre 179 países, señala que, si bien el sur global está reduciendo la brecha con los países desarrollados (un 45% de los que tienen bajos niveles de discriminación no pertenecen a la OCDE), África y Asia se siguen viendo más afectados por este problema.

Discriminación social y cultural

Aunque los datos muestran avances culturales positivos, como la reducción de un 12% entre 2014 y 2021 del número de personas que creen que es aceptable que un hombre pegue a su mujer, la OCDE también observó tendencias preocupantes, como el aumento de un 4% en ese mismo periodo de los que consideran que un hombre debería tener más derecho a un trabajo que una mujer cuando los empleos escasean.

Según el informe, la mayor discriminación social se produce en el ámbito del hogar, donde las mujeres dedican al trabajo de cuidados no remunerado 2,6 veces más tiempo que los hombres.

48 países no criminalizan el acoso sexual según datos de Índice de 
Instituciones Sociales e Igualdad de Género.

“Al confinar a las mujeres en sus roles reproductivos y de cuidados, estas normas tienen consecuencias duraderas en la inclusión laboral de las mujeres”, con una brecha de género en la participación laboral que se mantiene en el 25%, advierte la OCDE.

La violencia de género persiste

Asimismo, la violencia de género sigue teniendo efectos “devastadores” en la vida de las mujeres y las niñas: cerca de una de cada tres (28%) de entre 15 y 49 años afirman haber sufrido violencia por parte de una pareja al menos una vez en su vida, mientras 1 de cada 10 la experimentó en los últimos doce meses.

Sin embargo, de acuerdo al SIGI, sólo 12 países contaban en 2023 con “leyes integrales” para combatir todas las formas de violencia contra las mujeres, mientras 46 siguen sin criminalizar la “violencia doméstica” y 48 no criminalizan el acoso sexual.

Sin paridad en política

En el ámbito político, la representación y participación de las mujeres está mejorando, pero “lentamente”, detalló la OCDE, con un 27% de asientos parlamentarios en el mundo ocupados por ellas en 2023, por encima del 24,1% registrado en 2019.

Sin embargo, al ritmo actual, “se prevé que sean necesarios 40 años más para lograr la paridad en los parlamentos”, alertó el organismo, al detallar que, en la actualidad, las mujeres representan sólo un 11 % de los jefes de Estado y un 10 % de los jefes de Gobierno a nivel global.

La OCDE pidió también que se incluya la perspectiva de género en las políticas para combatir las consecuencias del cambio climático, ya que sus efectos “pueden exacerbar sustancialmente las vulnerabilidades de las mujeres”.