Un hijo te cambia la vida… dormir menos, repensar sus horarios de trabajo y días libres. El eje de su vida es ahora un pequeñito o pequeñita que atrae su atención con llantos y sonrisas, dependiendo de su estado de ánimo. Pero un hijo también te obliga a replantear su presupuesto; es decir, los gastos del hogar aumentan y ahora debe pensar en pañales, ropa, juguetes, gastos médicos y más.
Revisar el presupuesto de la familia es necesario desde el comienzo, incluso de antes de su nacimiento. No podemos prever todo lo que nuestros hijos necesitarán a lo largo de sus vidas; no obstante, la elaboración de un plan de gastos y la delegación de responsabilidades son los elementos básicos para hacer una proyección de metas a mediano y largo plazo.
Esto, en un principio, puede parecer desalentador por los altos costos que representa; sin embargo, es un punto de partida para cumplir los sueños que tiene para su familia.
Gastar el dinero para vivir al día sin contemplar metas a futuro es algo común, de modo que al momento que se tiene un ingreso extra, se intenta compensar carencias por medio de compras impulsivas. Es mejor presupuestar a largo plazo, invirtiendo los ingresos adicionales en metas como educación o fondo para emergencias.
Comprar mucha ropa es algo muy usual de los padres que esperan a su primer retoño. Anita Cifuentes, quien tuvo a su hijo hace poco más de un año, recuerda que llenó los cajones con ropa para toda ocasión. “Compraba cada cosa que me gustaba: chompas para el frío, camisetas para el calor, zapatos… todo”.
“Lo bueno es que tomamos la precaución de comprar por adelantado, pensando en lo que le quedaría luego de seis meses y cuando cumpla 2 o 3 años”, añade. Así evitó que toda la ropa se desperdiciara. Aun así, nos cuenta, los niños crecen tan rápido que muchas prendas quedaron como nueva y con muy poco uso.
Por otro lado, siempre será recomendable contar con un fondo para emergencias. Pablo Rodríguez, por ejemplo, cuenta que desde antes de tener a su primera hija, ahora de 2 años y medio, decidió guardar un 10% de su sueldo cada mes. “Parece poco, pero a la larga ese dinero siempre ayuda en momentos de emergencias, como cuando los niños se enferman o necesitan algo”, comenta. (LGP)
Nuevo presupuesto
° Los bebés añaden una nueva lista de costos para los presupuestos familiares. Ropa, artículos infantiles, pañales, biberones, análisis médicos y revisión pediátrica mensual. La lista puede parecer interminable, especialmente para los padres primerizos. Para eso, tiene que reformar su presupuesto de tal forma que sus ingresos vayan encaminados hacia estos gastos con los que tiene que correr y así poder aliviar la tensión financiera.
Ropa de colores neutrales
° Una de las mayores ventajas de comprar ropa que no sea únicamente para niño o niña y que podrá utilizarlos en un futuro, es de colores neutrales, en caso de que planee tener más hijos. Esto no solo le ayudará a ahorrar la compra de prendas para su próximo bebé, sino que preverá gastos innecesarios en caso de que la indumentaria suba de precio en el futuro.
Ropa de colores neutrales
° Una de las mayores ventajas de comprar ropa que no sea únicamente para niño o niña y que podrá utilizarlos en un futuro, es de colores neutrales, en caso de que planee tener más hijos. Esto no solo le ayudará a ahorrar la compra de prendas para su próximo bebé, sino que preverá gastos innecesarios en caso de que la indumentaria suba de precio en el futuro.
Comprar al por mayor o en almacenes
° Dentro de sus posibilidades adquiera los artículos de alto consumo en cantidades al por mayor. Esto porque se logran adquirir precios menores en dichas cantidades. Un ejemplo, puede ser los pañales desechables, que durante los primeros tres a cuatro meses su consumo es alto. No obstante, debe ser cauto en este punto. Identifique el ritmo de su bebé y, partiendo de su comportamiento, compre.
Primero son las necesidades familiares
° Muchos padres ofrecen a sus hijos infinidad de actividades por las tardes, desde clases de natación, membresía de un club deportivo, clases de música, otros deportes, etc. y terminan por no controlarlas y estas pueden convertirse en un dolor de cabeza financiero. Sin duda, el hacerlo de forma ordenada y siempre con un fin en mente, puede resultar muy beneficioso para la familia. Uno no debe olvidar que las familias más felices y más exitosas son aquellas en las cuales todos los miembros pueden distinguir claramente entre lujos materiales y necesidades familiares.
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