“Todo es dual. La neblina, como metáfora, también es pasajera. Aludimos a que te cubre por un momento, pero después está la luz”, dice Mauricio Gutiérrez Pantoja, actor y director del Teatro Samadhi.
Para redondear esa idea, su compañera Viviana Narváez Collaguazo, actriz y productora, señala que: “Si no hubiéramos estado dormidos tanto tiempo, no podríamos despertarnos. Es como que sin esta neblina no podríamos sentir los rayos del sol: una energía nueva”.
Ambos están emocionados, pues está por estrenarse ‘La neblina de los días’, una obra dirigida y escrita por el dramaturgo Víctor Stivelman. La cita es este 6 y 7 de abril en el Teatro Variedades (19:30).
En sus papeles, ellos permanecen siempre igual, en una misma casilla extraña de la que no logran salir ni encontrar alguna nueva jugada. Allí, esperan su turno, con paciencia y temor, como si esperaran una señal o un milagro.
“Como todo tiene significados, depende del que lo mire y aprecie; entonces, se trata de una proceso de búsqueda”, comparte Narváez, quien explica que en esta pieza teatral, el director invitado “forma un cadáver exquisito en complicidad de los trabajos e improvisaciones” que han venido ejecutando en el último año como grupo.
Cargada de figuras literarias desde el gesto, la obra además de la neblina presenta a la flor de loto, elemento recurrente dentro de la propuesta.
“La flor de loto nace de la porquería, de lo podrido y se eleva y sale a flote y genera un perfume hermoso”, manifiesta Gutiérrez, quien agrega que buscan generar un “perfume agradable para nosotros y nuestro público”.
Es así como se construye una obra que incita a que todos los sentidos participen, donde el espectador sea capaz de envolverse en dicha flor mientras la luz nuevamente cobra sentido y trasciende a las butacas. (DVD)
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