Se estima una población de 2.000 jaguares en el Corredor Napo-Putumayo

IMPORTANCIA. Mantener sano al jaguar permite que este ‘proteja’ los bosques en los que habita y que estos a su vez limpien el aire. (WWF)
IMPORTANCIA. Mantener sano al jaguar permite que este ‘proteja’ los bosques en los que habita y que estos a su vez limpien el aire. (WWF)

Un estudio de monitoreo realizado en la frontera entre Perú, Ecuador y Colombia estima una densidad de 1.5 jaguares por cada 100 km2, y un aproximado de 2.000 en todo el Corredor Napo-Putumayo.

Entre el 2018 y 2019, WWF, organización de conservación internacional, instaló 129 cámaras trampa para determinar la ocupación y abundancia de esta especie y sus presas en tres áreas del Corredor Napo-Putumayo, conformado por la Reserva de Producción Faunística Cuyabeno (Ecuador), Parque Nacional Gueppi-Sekime (Perú) y Territorio Indígena Predio Putumayo (Colombia).

En todo ese tiempo se obtuvieron y analizaron más de 64.700 fotos a lo largo de 540 km2 y se invirtieron más de 10.500 horas de trabajo.

Los resultados del monitoreo permiten afirmar que el Corredor Napo-Putumayo, una zona compuesta por áreas protegidas y territorios indígenas, es de gran importancia para el jaguar y sus presas y se ha evidenciado la posibilidad de la coexistencia entre la naturaleza y el ser humano, a través del uso sostenible de los recursos, señala WWF en un comunicado difundido este miércoles 26 de junio.

Especie de importancia

Casi el 90% de la población del jaguar se encuentra en la cuenca del Amazonas. Este animal, considerado protector y símbolo de poder para muchos pueblos, es también el mayor representante de la misteriosa belleza de la Amazonía.

Cumple un rol importante en el control de las poblaciones de otras especies de la zona y ayuda a mantener un ecosistema saludable.

Es el principal depredador de la Amazonía, y es el felino más grande e icónico de América, desafortunadamente, su rango de distribución ha disminuido a la mitad en los últimos cien años, debido a la deforestación, caza ilegal, destrucción del hábitat y pérdida de especies presa que llevaron a la reducción de su población y hasta la extinción en países como El Salvador y Uruguay.

Según WWF, hasta los años 70, estos felinos fueron perseguidos por sus pieles, situación que se detuvo debido a la creación de leyes más estrictas que velaban por la protección de esta especie.

Sin embargo, con el aumento de la inversión china en América Latina, la demanda de partes de jaguar, como colmillos y garras, está aumentando nuevamente, proporcionando incentivos para la caza furtiva, incluso en el Amazonas.

Llamado a protección

Para asegurar su bienestar se deben conservar los corredores biológicos, que son áreas que conectan dos o más regiones, rodeadas de bosques naturales, con la finalidad de evitar el aislamiento de las poblaciones de especies, señaló José Luis Mena, director de Ciencias de WWF Perú.

“El jaguar es un elemento muy importante en la cosmovisión de varios pueblos indígenas de nuestra Amazonía. Por tanto, un aspecto clave del trabajo que hacemos en WWF es colaborar de manera conjunta con las poblaciones locales y así lograr una coexistencia pacífica entre las poblaciones humanas y el jaguar», indicó Jorge Rivas, gerente del Programa Bosques & Agua Dulce de WWF-Ecuador. (CM)